A UN AÑO de ser declarado culpable por tráfico de personas, Keith Raniere, líder del clan NXIVM, fue sentenciado este martes 28 de octubre a 120 años de prisión, en una corte de Estados Unidos, por esclavizar sexualmente a mujeres jóvenes.
La sentencia la emitió el juez Nicholas Garaufis ante una larga audiencia en la que se incluyeron testimonios de víctimas, como el caso de la mexicana identificada como Camila, quien fue la primera en testificar y hablar de la relación de 12 años que mantuvo con Raniere, hoy de 60 años, cuando ella tenía solo 15 años de edad y él, 45.
Trata de personas. Crimen organizado. Fraude cibernético. Obstrucción de la justicia. Pornografía infantil. Trabajo forzoso. Robo de identidad. Estas fueron las acusaciones que enjuiciaron a Keith Raniere en la Corte Federal del Distrito Este de Nueva York, apenas en 2019, al ser detenido en Puerto Vallarta, México.
Juan Alberto Vázquez, periodista y corresponsal durante el juicio que se llevó a cabo contra Raniere, narra cómo todo lo importante en torno a este falso gurú en su libro NXIVM. La secta que sedujo al poder en México. En esta obra el autor explica que hubo diversas características que llamaron su atención respecto al sujeto que despilfarró millones de dólares que nunca recuperó, además de su notable inteligencia y la creación de una secta en la que esclavizó sexualmente a mujeres.
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En entrevista con Newsweek México, Vázquez menciona que Raniere fue un personaje que construyó una vida de engaños y que llegó a convencer a muchas personas de ser una persona con una inteligencia superdotada, pretexto que utilizó para convertirse en un genio verbal, en un manipulador y sociópata que se sentía intocable ante la ley.
“Llegó a tener la autoestima muy alta, de ahí viene esta otra parte de Raniere que empieza a violar la ley, comienza a maltratar a las mujeres con la idea de tener a cinco o más de ellas al mismo tiempo para seducirlas e integrarlas a su harem para después introducirlas en su empresa de cursos ejecutivos de autoayuda, donde se vieron involucrados diversos mexicanos”, menciona Vásquez.
Según cifras que aparecen en el libro, en México llegaron a inscribirse más de 8,000 alumnos de los 16,000 que Raniere reclutó en el mundo. Para el autor, las cifras de la gente que se matriculó son impresionantes, el éxito que tuvo y el círculo de esclavas sexuales que en un inicio fueron mexicanas.
LAS CREENCIAS DE LOS MEXICANOS
El autor de NXIVM. La secta que sedujo al poder considera que, el que Raniere haya estado tan ligado a México se debe a la diversidad de creencias que las personas tienen en el país, pues los mexicanos creen en recetas fáciles y en los milagros.
“Cabe revisar las iglesias que hay de generación espontánea en México, como la de Naasón Joaquín García con la Luz del Mundo, que está en California y Guadalajara. Esto muestra que hay una gran cantidad de sectas e iglesias y nuevas creencias que en México tienen mucho arraigo, porque a la gente le da por creer mucho en milagros”, señala.
Y más allá del asunto religioso, también están los productos milagro que fungen como una “receta mágica” que le sirva a una persona para obtener aquello de lo que adolece. “Si le vendes eso a algún mexicano te lo va a comprar”.
Lo fascinante, como lo describe Juan Alberto, “está en la cantidad de personas que adquirieron estos cursos dentro de las élites mexicanas y que incluye a políticos, empresarios y actores. Gente que pagó 5,000 dólares para dos semanas de este taller”.
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Para entender quiénes estuvieron y formaron parte de NXIVM basta señalar dos corrientes. Por un lado, aquellas personas que se inscribieron a estos cursos y no cometieron delito alguno, donde participaron políticos, empresarios y artistas.
En cambio, quienes formaron parte de la mesa directiva, como Emiliano Salinas Occelli, hijo del expresidente Carlos Salinas de Gortari, y Alejandro Betancourt, dos personajes que conocieron y participaron en las actividades delictivas de NXIVM en Estados Unidos.
“Hay mucha impunidad en estas élites donde ellos se sienten los designados, donde tratan de usar el poder político, todo a su favor; es un sentir de esa comunidad que se reflejó aquí”, señaló el autor.
Para Juan Alberto, el surgimiento de estas sectas son la entrada para cometer muchos otros delitos, todo parte del asunto de que se llegan a sentir intocables y con pasados de enfermedades mentales de quienes las dirigen, como ser un psicópata o un paranoico, y Keith Raniere, “lo tenía todo”.