En la cultura del machismo dominante en México, cuando se le pregunta a una mujer qué clase de trabajo desempeña, suele responder con cierta pena que “no trabaja” sino que es ama de casa. Hay una grave equivocación en ese concepto: las amas de casa son quienes sostienen a la cuarta parte de la riqueza de México.
Las amas de casa, en números
Para dar una idea de quiénes son las amas de casa en México, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), estimó que su valor en términos económicos representa alrededor del 23.5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) nacional.
En otras palabras, las amas de casa aportan la cuarta parte de la riqueza de nuestro país: esas mujeres son literalmente, un agente económico preponderante. Si se quiere ubicar de qué estamos hablando, las amas de casa producen ocho veces lo que aporta la industria automotriz completa, en México.
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El INEGI ha calculado que las amas de casa concentran el 74 por ciento de su tiempo para actividades domésticas no remuneradas y sin embargo, producen riqueza.
Si se quiere identificar cuántas amas de casa al mismo tiempo son jefas de familias, casi el 38 por ciento de los hogares en la Ciudad de México tienen a una mujer que hace ambos roles, simultáneamente.
En Nuevo León, se calcula en un 21 por ciento; en Puebla, alrededor del 28 por ciento.
Gracias a las amas de casa, hijos y pareja van a la escuela y al trabajo, lo que de hecho supone que la mujer que es ama de casa subsidia con su tiempo y esfuerzo a los demás integrantes de la familia para que crezcan como personas: es difícil encontrar un mayor ejemplo de cómo darse a los demás, sin esperar algo cambio.
Alrededor del 88 por ciento de las amas de casa en México son madres, por lo que su tarea es aún más relevante.
Estas mujeres son mamás, cocineras, expertas en tareas escolares, consejeras, enfermeras, compañeras de juego, confidentes, jardineras, reparadoras de toda clase de fallas domésticas y lo hacen 24 horas al día, siete días a la semana.
Siempre están disponibles, aun cuando ellas mismas estén enfermas o tengan un accidente: las amas de casa en México no reciben incapacidad médica para que se queden descansando, hasta recuperarse o al menos tener controlado el problema.
Y todas esas actividades las hacen gratuitamente, generalmente haciendo milagros para que el dinero alcance para comprar y pagar toda clase de productos y servicios necesarios en la casa. Son administradoras empíricas.
Dentro del círculo rojo
Todo lo anterior es para poner el contexto de lo que está ocurriendo con las amas de casa en la pandemia del COVID-19: el 25 por ciento de los fallecidos por este virus, era ama de casa y de ahí la relevancia del tema.
Sin omitir un detalle crítico: la UNAM informó el pasado 10 de julio que el 71 por ciento de todos los finados por COVID-19 en México, tenían como máximo grado de estudios, al sexto año de primaria.
La Máxima Casa de Estudios del país calculó que el 84 por ciento de los decesos producidos por COVID-19 se concentraba en cinco actividades: amas de casa, operadores de transporte público, empleados de los tres niveles de gobierno, personas con actividad informal y jubilados.
Con estos datos, es posible considerar la importancia crítica de cuidar a las amas de casa, por tres argumentos: forman parte de las “actividades de riesgo”; aportan la cuarta parte del PIB y, sin ellas, las familias se pulverizan.
¿Por qué se enferman las amas de casa?
Consultando con especialistas, existen cinco razones que exacerban las posibilidades de que una ama de casa pueda enfermar por COVID-19 y, dos obviedades como puntos de partida para ello:
La primera obviedad es que tienen contacto con todos los integrantes de la familia y con los proveedores (repartidor, telefonía, gas LP, agua purificada, etc.);
La segunda es que, considerando que el virus puede permanecer activo hasta tres horas en el aire, sin una buena ventilación, la casa puede ser un problema.
Los especialistas consultados señalan que el virus puede estar activo hasta cuatro horas en papel moneda y entre 2 y 4 días en la ropa; ambos componentes (dinero y ropa) son parte de la vida cotidiana de cualquier ama de casa y en el caso específico del segundo, es casi un hecho que la mujer sea la que lave la ropa de los demás.
Así, las cinco razones que permiten entender porqué el COVID-19 se ceba con las amas de casa son las siguientes:
1.-El ama de casa está respirando todo el tiempo el mismo aire y tomando los objetos que los demás usan. Es absolutamente obvio que el ama de casa se mueve por la vivienda, respirando los aerosoles que se encuentran en las distintas habitaciones.
2.-El ama de casa tiene contacto con todos los miembros de la familia: es un vector transmisor y víctima al mismo tiempo. Por una parte, puede ser portador asintomático y por otra parte, recibe las partículas de saliva de todos los miembros de la familia.
3.-Puede tener las defensas disminuidas porque es quien atiende a quien se enferme, de lo que sea, da exactamente igual si por gripe o un problema intestinal. Ella funciona como enfermera de todos los integrantes de la familia.
4.-Como ya se dijo, es quien tiene contacto con diversos proveedores y es sumamente común que los atienda en la puerta de su casa, usualmente sin cubrebocas ni sana distancia. Es de entenderse que tenga contacto con quien le lleve las mercancías y es quien le paga a dichos proveedores, generalmente con dinero en efectivo.
5.-Por lo demandante de su actividad, es común que no use cubrebocas en donde trabaja, porque es su propia casa. No hay que exigirle a la jefa de familia que adentro de su casa use cubrebocas, lisa y llanamente porque no lo va a hacer.
¿Cómo proteger a las amas de casa?
Los especialistas sugieren cinco medidas para ayudar a las amas de casa para protegerlas de la afectación por COVID-19:
1.-Cuando los demás integrantes de la familia lleguen a casa, antes de saludar a mamá, hay que ir y lavarse cuidadosamente las manos y la cara.
2.-Si alguien tiene síntomas de gripe o algún problema respiratorio, será mejor que no comparta los alimentos con todos, sino que los consuma en su habitación o si esto no es posible, solo en la mesa.
3.-Si alguien tiene esos síntomas de gripe o afección respiratoria, no debe compartir los platos y los vasos: lo idóneo es que tenga sus propios platos y todos entiendan que son para el uso exclusivo de esa persona.
4.-La vivienda debe estar lo más ventilada posible. Es importante que todas las habitaciones y particularmente los dormitorios estén ventilados antes de dormir.
5.-Y, vigilar a la ama de casa; si comienza a sentirse mal, no hay que esperar a que ella pida ir al médico. Es preferible pasarse de precavido y salvar a quien es el núcleo de la familia.
Son medidas sencillas, pero que pueden salvar vidas, en especial las de ellas, nuestras amas de casa.
Con información de Diario Puntual