George Floyd había sobrevivido a la COVID-19 antes de morir en custodia de policías de Minneapolis, según los resultados de una autopsia difundida este miércoles.
El hombre negro que fue grabado mientras policías lo inmovilizaban en el piso hasta que perdía el conocimiento dio positivo a SARS-CoV-2 en una prueba el 3 de abril y a otra realizada el 26 de mayo, después de su muerte.
Sin embargo, el virus no está contemplado como su causa de muerte en el informe final del médico forense del condado de Hennepin, dado que el resultado positivo “puede persistir durante semanas después del inicio y la resolución de la enfermedad clínica”.
Lee más: Autopsia privada de George Floyd reveló que otros dos policías estuvieron implicados en su muerte
Según el informe, la muerte de Floyd, ocurrida el pasado 25 de mayo, fue causada por un “paro cardiorrespiratorio”, o la detención de su corazón, ocurrido mientras le inmovilizaban varios agentes de policía, indica el informe del médico Andrew Baker.
De acuerdo con el informe, la rodilla del oficial comprimió su cuello durante más de ocho minutos, pero no concluye que haya causado directamente su muerte
El cuerpo de Floyd presentaba “lesiones por fuerza contundente” en la frente, la cara y el labio superior, así como en la mucosa de los labios, de los hombros, manos, codos y piernas, al igual que presentaba contusiones en las muñecas. Además, tenía una enfermedad cardíaca arteriosclerótica, una enfermedad cardíaca hipertensiva y un tumor pélvico.