La pandemia por el COVID-19, que ha generado la peor crisis internacional desde la Segunda Guerra Mundial, sigue afectando gravemente la salud pública y causando perturbaciones sin precedentes en las economías y los mercados de trabajo, alerta la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Desde la publicación de la segunda edición del Observatorio de la OIT, el 7 de abril, a escala mundial las infecciones por el COVID-19 han aumentado más del doble hasta alcanzar alrededor de 2.6 millones el 22 de abril de 2020, mientras que el número de fallecimientos se ha incrementado en más del triple, acercándose a 200,000.
La pandemia también ha provocado la caída constante de las horas de trabajo a escala mundial. Esto significa que 1,600 millones de trabajadores de la economía informal, es decir, casi la mitad de la población activa mundial, corre peligro inminente de ver desaparecer sus fuentes de sustento.
El porcentaje de trabajadores que viven en países donde se ha ordenado o recomendado el cierre de los lugares de trabajo ha disminuido del 81 al 68 por ciento a lo largo de las últimas dos semanas, debido principalmente al levantamiento de las medidas de cierre de los lugares de trabajo en China. La situación ha empeorado en el resto del mundo, advierte la Organización Internacional del Trabajo.
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En un tercer informe, el Observatorio de la OIT, emitido este 29 de abril, explica que la caída de las horas de trabajo en el actual trimestre (segundo) de 2020 podría superar con creces a la estimada anteriormente.
“En comparación con los niveles anteriores a la crisis (cuarto trimestre de 2019), ahora se prevé un deterioro del 10.5 por ciento, el equivalente a 305 millones de empleos a tiempo completo (asumiendo una semana laboral de 48 horas semanales). Según la previsión anterior, el descenso sería del 6.7 por ciento, el equivalente a 195 millones de empleados a tiempo completo. Ello se debe a la prolongación y la ampliación de las medidas de confinamiento”.
De acuerdo con el modelo de previsión a muy corto plazo de la OIT, se estima que, a escala mundial, el número de horas de trabajo disminuyó de alrededor del 4.5 por ciento (lo cual equivale a 130 millones de empleos a tiempo completo en el primer trimestre de 2020, suponiendo un trabajo de 48 horas semanales), en comparación con la situación anterior a la crisis (cuarto trimestre de 2019).
AMÉRICA, EUROPA Y ASIA CENTRAL CON LA MAYOR PÉRDIDA DE HORAS DE TRABAJO
Si bien la situación ha empeorado para todos los grandes grupos regionales, las estimaciones indican que las Américas (12.4 por ciento) y Europa y Asia Central (11.8 por ciento) experimentarán la mayor pérdida de horas de trabajo. En cuanto a los grupos de ingresos, los países de ingresos medios-bajos deberían registrar la tasa más alta de pérdida de horas, del 12.5 por ciento, pero el impacto puede ser comparado entre países con niveles de ingreso diferentes.
La OIT puntualiza que, conjuntamente los empleadores y los trabajadores por cuenta propia, alrededor de 436 millones de empresas de los sectores más afectados en todo el mundo enfrentan un alto riesgo de experimentar graves perturbaciones.
“Más de la mitad de estas empresas —unos 232 millones— están en el comercio al por menor y al por mayor, uno de los sectores más afectados actualmente a escala mundial. Los trabajadores independientes representan el 45 por ciento del empleo en este segmento”.
La OIT ha instado a los gobiernos de todo el mundo a la adopción de respuestas políticas urgentes y significativas para proteger tanto a las empresas, en particular las más pequeñas, como a los trabajadores, sobre todo aquellos que operan en la economía informal.
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“Para millones de trabajadores, la ausencia de ingresos equivale a ausencia de alimentos, de seguridad y de futuro. A medida que la pandemia y la crisis del empleo evolucionan, más acuciante se vuelve la necesidad de proteger a la población más vulnerable. Millones de empresas en el mundo están al borde del colapso. Carecen de ahorros y de acceso al crédito. Estos son los verdaderos rostros del mundo del trabajo. Si no se les ayuda ahora, sencillamente desaparecerán”, declaró Guy Ryder, director general de la OIT.