La oposición rusa denunció el miércoles una “usurpación del poder” de Vladimir Putin luego que el parlamento validase a la carrera una reforma que permite su permanencia en la presidencia hasta 2036 a raíz de una amplia reforma constitucional.
Una enmienda a la Ley Fundamental, añadida el martes ante la sorpresa general, permitirá al hombre fuerte de Rusia “reinicializar” su contador de mandatos presidenciales, para que pueda volver a presentarse en 2024 y 2030.
El Tribunal Constitucional debe validar la maniobra.
Aprobada en tercera lectura el miércoles por los diputados y luego por los senadores, la reforma, que incluye también un refuerzo de las prerrogativas presidenciales, de las medidas sociales y de los principios sociales conservadores, debe ser ahora aprobada por dos tercios de los parlamentos regionales y luego en una “votación popular“, el 22 de abril.
A juicio de la oposición, esta medida demuestra que Vladimir Putin tiene la intención de permanecer indefinidamente en el Kremlin, aunque en el pasado haya afirmado lo contrario.
Una carta abierta de una veintena de figuras de la sociedad civil llamó a los rusos a una “difamación cínica” de la ley rusa.
Esta reforma pretende preservar un “sistema autoritario y profundamente corrupto en su conjunto”, afirma la carta publicada en el diario de oposición Novaya Gazeta.
Enfrentar a los enemigos
Por su parte, los aliados del presidente se felicitan de la perspectiva que Putin, de 67 años, siga en el poder otros 20 años más.
El alcalde de Moscú y leal seguidor del presidente, Serguéi Sobianin, defendió la “estabilidad” del poder ante los enemigos “internos y externos” de Rusia, que “intentan socavar nuestra independencia y nuestra economía”.
El presidente de la cámara baja del Parlamento, Viacheslav Volodin, estimó que la reforma “reforzará al país“.
Según la presidenta de la cámara alta, Valentina Matvienko, Putin “enderezó a Rusia” y es “uno de los más grandes dirigentes del mundo”.
Para justificar las enmiendas a la Constitución, Putin juzgó el martes que un “poder presidencial fuerte es absolutamente necesario en Rusia” y estimó que la “estabilidad (…) debe ser prioritaria”.
Del lado de los detractores del Kremlin, esta medida sorpresiva prueba que Putin tiene la intención de quedarse de manera indefinida en el poder, aunque en el pasado haya asegurado lo contrario.
Algunos denunciaron la decisión el martes de Serguéi Sobianin de prohibir las concentraciones de más de 5,000 personas, oficialmente a raíz de la epidemia de coronavirus.
La medida se dio a conocer justo después de que la oposición anunciase su intención de manifestar contra Putin en Moscú, escenario de grandes marchas el pasado verano que fueron reprimidas.
Los moscovitas entrevistados por la AFP mostraban, a su vez, cierta indiferencia. “Si Putin ha tomado esta decisión, no podemos hacer mucho“, señala Elena Volkova, de 62 años, diciendo que no “ve a ningún otro líder” potencial para Rusia.
“Casi no me interesa la política y muchos de mis amigos no se preocupan. Tienen otros problemas”, comenta Ilia Alekseev, de 17 años.
La revisión constitucional afecta al sistema político, reforzando en particular los poderes del poder ejecutivo, pero también da derechos socioeconómicos como un salario mínimo garantizado y una indexación de las pensiones.
También confirma su visión conservadora de Rusia con la mención de la “fe en Dios”, la necesidad de políticas de natalidad y el principio de un matrimonio posible sólo entre un hombre y una mujer.