Turquía desplegó este jueves un millar de policías en su frontera con Grecia para impedir que el país vecino devuelva a los migrantes que intentan cruzar, informó el ministro de Interior.
“Hemos desplegado un millar de agentes de fuerzas especiales en el río Meric, en la frontera, totalmente equipados, para impedir que la gente sea devuelta” al lado turco, informó el ministro, Suleyman Soylu, a reporteros en el lugar de los incidentes, en la provincia de Edirne (noroeste).
El ministro acusó a Grecia de “maltratar” a los migrantes y aseguró que su país “no lo permitirá”.
Lee: Grecia frena a más de 24,000 migrantes en la frontera con Turquía
El presidente de Cruz Roja, Francesco Rocca, también en el área, calificó de “inaceptable” que los migrantes sean utilizados como “arma política”.
“Hacemos un llamado a la Unión Europea para que empiece a actuar de manera diferente ante las necesidades de la gente, que tenga en cuenta su dignidad como seres humanos”, dijo.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, vincula la solución a la crisis migratoria a un apoyo europeo a su ofensiva en Siria, un “chantaje” denunciado por los europeos, calificativo que Ankara rechaza.
Refugiados en Turquía
Turquía alberga unos cuatro millones de refugiados, la mayoría de ellos sirios, y asegura que teme otra oleada ante la ofensiva del régimen de Damasco en el último bastión rebelde, la fronteriza provincia de Idlib.
Miles de migrantes se apresuraron a dirigirse hacia Edirne para intentar cruzar a suelo europeo, lo que ha provocado serios incidentes y un muerto, en la jornada del miércoles.
La Comisión Europea prepara una ayuda adicional de 500 millones de euros para los refugiados sirios en Turquía, así como otras medidas para apaciguar la tensión con el gobierno turco, indicaron este jueves a la AFP fuentes europeas.