Los incendios forestales de Australia no solo han destruido hogares y cobrado vidas humanas, sino que están devastando los ecosistemas del país, al extremo de que amenazan con aniquilar especies completas de flora y fauna.
La agencia News Corp Australia informa que, según cálculos de la Universidad de Sídney, los incendios forestales han afectado a cerca de 480 millones de mamíferos, aves y reptiles. Y entre las víctimas se cuentan alrededor de 8,000 koalas: un tercio de la población que vive en la costa centro-norte de Nueva Gales del Sur (NGS).
Desde septiembre pasado, los bomberos -muchos de ellos, voluntarios- han estado combatiendo el fuego de una de las temporadas de incendios forestales más graves en la historia australiana. Hasta el lunes 30 de diciembre habían muerto al menos ocho personas, en tanto que la mañana del jueves 2 de enero, 130 incendios ardían fuera de control.
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Mark Graham, ecologista del Consejo para la Conservación de la Naturaleza, en NGS, dijo a Science Magazine que el futuro del potorú o canguro rata -una especie de ualabí del tamaño de una liebre- estaba “seriamente comprometido”. Desde hace algún tiempo, la población de este pequeño marsupial se ha reducido a unos pocos cientos de animales, pero tras inspeccionar el daño de las llamas en el Área Protegida Indígena de Ngunya Jargoon, los investigadores no hallaron rastro alguno de la especie.
En opinión de Graham, es posible que los incendios obliguen a que NGS también reclasifique a Assa darlingtoni, una especie de anfibio anuro y único representante de la especie Assa, antes considerada vulnerable, pero que ahora se encuentra en peligro de extinción. El antequino de cabeza plateada -un marsupial del tamaño de una musaraña- y el perico regente (Polytelis anthopeplus) podrían desaparecer por completo del país, debido a que los incendios amenazan a los pocos centenares de individuos que aún quedan de cada especie.
Por su parte, la revista Science precisó que escapar de las llamas no garantiza la supervivencia de los animales, ya que los que no mueran en el fuego enfrentarán graves problemas de escasez de alimento y refugio. La razón: los incendios forestales han consumido más de 5 millones de hectáreas, incluidos los hábitats de muchas especies.
“Más que la muerte de individuos, el problema es el impacto acumulativo en el éxito reproductivo a largo plazo”, explicó el ecologista Ross Crates, candidato a un doctorado por la Universidad Nacional de Australia, en Canberra. “Esta situación es muy preocupante en el caso de las especies que ya se encuentran al borde de la extinción”.
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Durante una entrevista con “AM”, programa de radio sobre temas de actualidad, la ministra federal del Medio Ambiente, Sussan Ley, informó que los incendios también han afectado al canguro y al perico terrestre occidental (Pezoporus flaviventris), si bien no precisó la cifra de animales que podrían haber muerto.
Ley agregó que la magnitud de los daños solo se conocerá hasta que los incendios hayan cedido y permitan hacer una evaluación.
El primer ministro australiano, Scott Morrison, ha sido fuertemente criticado por su respuesta ante la crisis, debido a que el político se ha negado a combatir el cambio climático e incluso se fue de vacaciones a Hawái mientras las llamas consumían el país. Este jueves, Morrison ofreció una entrevista a The Guardian, en la cual insistió en que las políticas sobre el cambio climático deben “ser sensatas” a fin de mantener “una economía vibrante y viable” junto con “un medio ambiente vibrante y sostenible”.
“Australia siempre ha sido capaz de alcanzar el equilibrio adecuado”, enfatizó para The Guardian. “Como dije al principio, en este momento, el objetivo es combatir los incendios y llevar a la población a lugar seguro”.
Morrison agregó que, además de las políticas dirigidas a combatir el cambio climático, había llegado la hora de analizar “todos los factores contribuyentes”, como las legislaciones para zonificación, planificación y desmonte de tierras.
Las legislaciones vigentes afectan sobre todo al koala, un icono australiano encantador y especialmente vulnerable.
Cheyne Flanagan, directora clínica del Hospital para Koalas de Port Macquarie, dijo a SBS News que esta temporada de incendios ha sido “apocalíptica”. En diciembre, compareció ante los miembros del Parlamento para describir los daños sufridos por la población de estos marsupiales, y lamentó que las leyes no contemplen protecciones para los koalas, añadiendo: “Lo que antes fuera un tesoro nacional, hoy es una tragedia nacional”.
Graham, quien también se dirigió a los parlamentarios, explicó que los koalas son especialmente vulnerables a los incendios, ya que no pueden correr para escapar de las llamas y su fuente de alimento -los eucaliptos- están repletos de aceites altamente inflamables.
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El Hospital para Koalas de Port Macquarie ha recibido e intentado salvar a docenas de estos animales, incluido Ellenborough Lewis, un koala que una mujer rescató de la deflagración. Aun cuando Lewis tuvo que ser sacrificado a causa de la extensión de sus quemaduras, se espera que otros koalas logren sobrevivir, como es el caso de Bilpin Janet y su cría, Jarrod.
En su página Facebook, el hospital anunció que recibirá koalas de toda NGS, precisando que la expectativa es que haya muchos más pacientes en los próximos meses.
Si bien es lógico suponer que una mayor población de pacientes apunta a un desastre para la especie, Tracy Burgess, voluntaria de la organización benéfica Wildlife Information, Rescue and Education Services (WIRES), dijo a Reuters que el personal médico teme que la reducida cantidad de animales que reciben atención pueda significar que los koalas están muriendo en el fuego.
Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek