Miles de personas salieron de nuevo a las calles de Hong Kong el sábado para una manifestación no autorizada del movimiento prodemocracia en la que hubo enfrentamientos con la policía, que utilizó gases lacrimógenos.
La impugnación no muestra signos de retroceso después de casi cinco meses y a pesar de una nueva advertencia de Pekín. Miles de personas vestidas de negro, algunas con la cara cubierta a pesar de la prohibición oficial, llenaron el distrito comercial de Causeway Bay.
La policía usó gases lacrimógenos contra los manifestantes, tanto en Causeway Bay como en Victoria Park y Wanchai, un distrito lleno de bares con mucha gente que estaba siguiendo la final del mundial de rugby.
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Algunos activistas lanzaron ladrillos y bombas incendiarias contra los policías y contra las bocas del metro.
La manifestación llega un día después de que China advirtiera que no tolerará ningún cambio en el sistema de gobierno y anunció que reforzaría el patriotismo en este territorio semiautónomo, que ha vivido 22 fines de semana consecutivos de protestas lideradas en su mayoría por jóvenes.
Meses de protestas
Hong Kong vive desde hace meses una ola de protestas prodemocracia, en muchos casos violentas, que han lastrado la reputación del territorio como centro financiero internacional y están afectando a su economía.
Hasta ahora el gobierno chino no ha dado ningún signo de querer responder a las demandas de los manifestantes, que reclaman más democracia y una investigación sobre la actuación de la policía.
“El gobierno y la policía estuvieron ignorando y sofocando las demandas del pueblo por lo que necesitamos continuar con el movimiento para demostrarles que todavía queremos lo que pedimos”, dijo a la AFP Gordon Tsoi, de 18 años.
“Todo el gobierno está ahora controlado por el gobierno central, por eso tenemos que manifestarnos para proteger las libertades que nos merecemos”, dijo otro manifestante de 17 años, que no quiso dar su nombre.
Ignorar la prohibición
Como otras veces, los manifestantes ignoraron la prohibición de manifestarse y empezaron a llegar en masa, a pesar del riesgo de ser arrestados y encarcelados por manifestación ilegal.
Entre los que llamaron a manifestarse el sábado está Joshua Wong, una de las principales figuras del movimiento prodemocracia, al que las autoridades prohibieron esta semana presentarse a las próximas elecciones locales.
“El ejercicio de la libertad de reunión es cada vez más difícil, a medida que la policía en Hong Kong tiene un control más estricto en los últimos meses. Sin embargo no estamos renunciando a nuestros derechos constitucionales”, escribió en Twitter.
Wong es objeto de duras críticas del gobierno chino, y los medios oficiales le califican de “separatista” y “traidor” porque pide mayor autonomía para Hong Kong.
Sin embargo el activista niega estar buscando la independencia y asegura que solo quiere mantener las libertades democráticas y la autonomía de Hong Kong.
A diferencia de Wong, otras personas que piden mayor autonomía para el territorio sí fueron autorizadas a participar en las elecciones locales que se celebrarán a finales de este mes.
Hong Kong, una excolonia británica devuelta a Pekín en 1997, dispone de una amplia autonomía y de libertades que no existen en China, como la libertad de expresión y de manifestación, así como de una justicia independiente.