WIAT, estación noticiosa de Alabama, anunció el éxito de la campaña de vallas publicitarias de Verna Johnson, quien hizo distribuir estas estructuras por Birmingham y Montgomery para encontrar un donante de riñón.
Diagnosticada con enfermedad renal en 2017, los órganos de Johnson perdieron progresivamente su función obligándola a permanecer conectada con una máquina de diálisis durante ocho horas diarias. Para julio de 2019, su función renal era de apenas 6 por ciento, por lo que la única opción para salvar su vida era someterse a un trasplante.
A decir de la Fundación Nacional del Riñón de Estados Unidos, la lista de espera para trasplante renal incluye ahora a más de 100,000 personas, y esa cifra aumenta en un paciente nuevo cada 14 minutos. El tiempo de espera de Alabama es el más prolongado del país, y la Fundación Renal del estado informa que hay más de 1,300 individuos que necesitan un riñón.
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Marcella, hermana de Johnson, también estuvo inscrita en dicha lista, y si bien aguardó 11 años para encontrar un riñón, falleció en 2015 sin haber recibido el trasplante. Así que, cuando Verna Johnson fue diagnosticada con insuficiencia renal dos años más tarde, sus médicos le advirtieron que tal vez tendría que aguardar entre cinco y diez años para encontrar un riñón adecuado.
Verna Johnson tenía muy claro que no encontraría un donante si seguía el proceso convencional, por lo que contrató una empresa local de publicidad digital, la cual diseñó anuncios llamativos y coloridos que proclamaban “Verna necesita un riñón”, e incluían su fotografía y el número telefónico del Centro Médico de la Universidad de Alabama en Birmingham.
La campaña publicitaria de Johnson también produjo camisetas e imanes impresos, ideados para dirigir la atención hacia su angustiosa situación.
Luego de ver una de aquellas vallas publicitarias y leer una publicación Facebook de su iglesia, Jaime Burchfield, una oficinista de la cooperativa de crédito del Departamento de Salud del Condado de Jefferson, se puso en contacto con el centro médico para informar que su tipo sanguíneo era el indicado.
“Encontré la publicación Facebook y después de leerla, pensé: ‘No lo sé. ¿Por qué iban a querer mi riñón?’”, reveló Burchfield al Montgomery Advertiser. “Entonces volví a topar con la publicación y dije: ‘De acuerdo, Dios mío, te escucho. Estás diciéndome que quieres que haga esto”.
Después que los médicos las presentaron, Johnson posteó en Facebook su encuentro con Burchfield.
Está previsto que la cirugía se lleve a cabo a fines de octubre, y luego del trasplante, Johnson permanecerá hospitalizada tres semanas. No obstante, la ex terapeuta tiene la intención de reanudar su práctica una vez que se haya recuperado.
“Me siento empoderada, tengo el deseo de ayudar y alentar a otros”, declaró Johnson, en entrevista con WIAT. “Quiero ser la voz de quienes esperan un trasplante, y trabajar en su beneficio”.