El presidente Donald Trump denunció el martes los “horrores” de la esclavitud al conmemorar el nacimiento de la democracia estadounidense, pero su discurso fue interrumpido y boicoteado por legisladores estatales negros, en medio de acusaciones de racismo en contra del mandatario.
Trump ha estado en el ojo de la tormenta últimamente por comentarios considerados denigrantes hacia los afroestadounidenses y minorías étnicas, y la controversia lo siguió a Jamestown, Virginia, donde hace 400 años colonos ingleses establecieron su primera legislatura local.
Pero los legisladores negros del estado de Virginia boicotearon la conmemoración por considerarla “empañada” por Trump.
“Es imposible ignorar el emblema del odio y el desdén que representa el presidente”, dijeron en un comunicado, en el que denunciaron la “retórica racista y xenófoba” de Trump.
En su discurso, Trump rindió homenaje a la creación en 1619 de la primera asamblea legislativa en Jamestown, instalada para gobernar la incipiente colonia inglesa, precursora de la democracia estadounidense.
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También señaló que, junto con los primeros colonos, llegaron los primeros esclavos africanos, lo que convirtió a Jamestown en un símbolo no solo de libertad sino de esclavitud masiva.
“Recordamos a todas las almas sagradas que sufrieron los horrores de la esclavitud”, dijo Trump, a la que definió como un “bárbaro comercio de vidas humanas”.
Trump también enfatizó que se necesitó una guerra civil para poner fin a la esclavitud en 1865 y otro siglo para que el movimiento de los derechos civiles acabara con las políticas abiertamente racistas hacia los afroestadounidenses.
Pero el presidente republicano enfrenta crecientes acusaciones de impulsar él mismo el racismo en el país, con diatribas contra inmigrantes y destacados políticos no blancos.
En una inusual interrupción de un discurso presidencial, un legislador del estado de Virginia levantó un cartel que decía “Deporten el odio” y “Regresa a tu hogar corrupto”.
Trump detuvo su discurso mientras el congresista, identificado como Ibraheem Samirah, fue sacado del lugar, pero el mandatario no reaccionó.
I just disrupted the @realDonaldTrump speech in Jamestown because nobody’s racism and bigotry should be excused for the sake of being polite. The man is unfit for office and unfit to partake in a celebration of democracy, representation, and our nation’s history of immigrants. pic.twitter.com/0okD7eRVer
— Delegate Ibraheem Samirah (@IbraheemSamirah) July 30, 2019
El “menos racista del mundo”
Apenas una hora antes, el presidente había mostrado poca moderación al partir de la Casa Blanca.
En las últimas dos semanas, arremetió contra cuatro congresistas demócratas no blancas, un respetado legislador demócrata negro de Baltimore, y un reverendo activista por los derechos civiles y candidato a la nominación presidencial del Partido Demócrata en 2004.
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Sus comentarios le valieron señalamientos de buscar profundizar deliberadamente las divisiones raciales en el país para complacer a su base de votantes blancos de clase trabajadora con miras a su reelección en 2020.
“Soy la persona menos racista del mundo”, declaró a periodistas.
Pero dijo que el reverendo Al Sharpton, el último en ser blanco de sus ataques, sí lo es, y siguió criticando a Baltimore, una ciudad portuaria cercana a Washington con una población mayoritariamente negra dominada hace varios años por políticos demócratas.
Durante el fin de semana, Trump describió a Baltimore como un “desastre infestado de ratas y roedores” no apta para seres humanos y culpó de esto a Elijah Cummings, el demócrata que representa a gran parte de la ciudad en el Congreso.
Luego atacó a Sharpton por salir en defensa de Baltimore, tuiteando que “Al es un estafador” que “odia a los blancos y a los policías”.
El reverendo respondió acusando a Trump de jugar “la carta de la división racial”. “Tiene un veneno particular hacia los negros y las personas de color”, dijo.
Trump negó el martes que la controversia, que rompe con todas las normas de la política tradicional de Washington, haya dañado su imagen, alegando en cambio que los residentes de Baltimore estaban llamando en masa para agradecerle por denunciar lo que el mandatario define como negligente liderazgo de sus políticos.
“Los afroestadounidenses han estado llamando a la Casa Blanca. Nunca se han sentido más felices por lo que ha hecho nuestro presidente”, dijo hablando sobre sí mismo.
AFP no pudo verificar el supuesto aluvión de llamadas telefónicas de forma independiente.
Sin embargo, las encuestas de opinión muestran que el apoyo a Trump entre los votantes negros en todo el país es particularmente bajo.