Para evitar el colapso de la capa de hielo de la Antártida Occidental, podría colocársele encima una pila de nieve del tamaño de Costa Rica, señalan científicos.
Este plan hipotético, que no es una propuesta, insisten los investigadores, evitaría que el nivel del mar se elevara más de 3 m, algo que dejaría bajo el agua a muchas ciudades estadounidenses, como Miami y Nueva York.
En el estudio, publicado en la revista Science Advances, investigadores de Estados Unidos y Alemania evaluaron si una nevada artificial podría salvar la capa de hielo de la Antártida Occidental, un área que contiene alrededor de 3.2 millones de kilómetros cúbicos de hielo.
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Si bien es mucho más pequeña que la capa de hielo de la Antártida Oriental, a los científicos les preocupa mucho más debido a su inestabilidad. En 2014, un grupo de investigadores publicó pruebas que indican que varios glaciares de la Antártida Occidental, entre ellos, Pine Island y Thwaites, que se derriten a gran velocidad, ya han pasado el punto sin retorno, y que nada podrá evitar que se derritan en el mar. Si toda la capa de hielo colapsa, se calcula que el nivel del mar aumentaría 10 pies (poco más de 3 m).
En la investigación más reciente, los científicos examinaron la posibilidad de estabilizar la capa de hielo apilando nieve encima de ella, tomando agua del océano, congelándola y esparciéndola sobre el terreno congelado utilizando cañones de nieve. Los científicos sugieren que la nieve adicional proporcionaría a la capa de hielo la elevación superficial necesaria para estabilizarla.
Sus modelos muestran que si se aplicaran 7,400 gigatoneladas de nieve en un área del tamaño de Costa Rica durante un periodo de 10 años, la capa de hielo de la Antártida Occidental podría estabilizarse. Sin embargo, han dejado claro que no se trata de una solución directa. “La realización práctica de elevar y distribuir el agua del océano implicaría un esfuerzo sin precedentes para la humanidad en uno de los entornos más difíciles del planeta”, escribieron.
Anders Levermann, uno de los autores del estudio, hizo énfasis en que la idea de utilizar nieve artificial para estabilizar la capa de hielo solo debería llevarse a cabo si dicha capa estuviera a punto de colapsar. Señaló que lo que las personas no han notado acerca del Acuerdo de París, cuyo objetivo es limitar el calentamiento global por debajo de 2° Celsius con respecto a los niveles pre industriales, es que, aún si se alcanzan las metas establecidas, se espera que el nivel del mar aumente 16.4 pies (casi 5 m). Si a esto se suma la capa de hielo de la Antártida Occidental, ello significaría que ciudades y poblaciones costeras tendrían que ser abandonadas o protegidas.
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“Es una de dos opciones, no hay más”, declaró a Newsweek. “Modificaríamos un lugar del planeta, que es la Antártida Occidental, para limitar el aumento del nivel del mar. Ello alteraría al ecosistema… y nadie quiere eso. Pero de todos modos se vería alterado si la capa de hielo colapsa”.
Afirmó que no hay ninguna forma de calcular el costo de un proyecto de esa naturaleza, pero que sería “tremendamente caro” y añadió que “La Antártida es el único lugar intacto del planeta. Lo convertiríamos en un complejo industrial”.
Levermann dijo que, en general, se muestra extremadamente crítico hacia la geoingeniería, que es la idea de que podemos modificar el clima al intervenir deliberadamente en los sistemas naturales de la Tierra. Su plan, afirmó, es solo una opción, pero dijo que sería más seguro que otras ideas propuestas, como el manejo de la radiación solar, que implica la reflexión manual de la luz del sol lejos de la Tierra, con el objetivo de disminuir el calentamiento.
Otra idea reciente para salvar los glaciares de la Antártida fue propuesta por Michael Wolovick, de Princeton, y John Moore, de la Universidad Normal de Beijing. Ambos sugirieron construir un enorme muro enfrente de un glaciar, algo que sería “el proyecto de ingeniería civil más grande que la humanidad jamás haya intentado”.
Al comentar el estudio más reciente, Moore, que no participó en la investigación, afirmó que las simulaciones realizadas como parte del plan de nieve artificial eran razonables. Sin embargo, dijo que el problema es que la ingeniería requerida es poco plausible. “Muchas personas piensan en soluciones que podrían parecer plausibles, pero que requieren hazañas de ingeniería o consumo de recursos que son insostenibles. Pienso que esta es una de ellas”, declaró a Newsweek.