El Congreso de Oaxaca se sumó a las acciones “verdes” para contrarrestar la contaminación, por lo que prohibió la venta, distribución y empleo de plásticos elaborados con polietileno lineal, de alta y baja densidad, tereftalato y poliestireno expandido (unicel), así como de popotes.
Y dio un plazo de seis meses a las autoridades municipales para incorporar en sus reglamentos las sanciones para quienes incumplan con lo establecido en la ley. Mientras que, a los establecimientos comerciales, les concedió un año para acabar con su inventario de bolsas plásticas desechables y popotes, así como elaborar un plan de sustitución.
La LXIV Legislatura aprobó modificaciones a la Ley para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos Sólidos, mediante las que, aunado al veto a los plásticos, se requiere a las empresas productoras responsabilidad con el manejo final de sus utensilios y se establece que las instituciones gubernamentales se abstendrán de comprar productos plásticos de un solo uso.
A propuesta de la fracción parlamentaria del Partido Verde Ecologista y de Morena se turnaron dos iniciativas que fueron empatadas por la Comisión Permanente de Medio Ambiente, Energías Renovables y Cambio Climático, que encabeza la legisladora Verde Victoria Cruz Villar, mediante las cuales se establecieron medidas para abatir el uso de plásticos.
Los legisladores concedieron a la Secretaría de Energía y Medio Ambiente la facultad para llevar a cabo revisiones para el cumplimiento de la normatividad que entrará en vigor en cuanto se publique en el Periódico Oficial del Estado.
Además, se otorgó a los prestadores de servicio una participación fundamental para incentivar a sus clientes a que lleven recipientes para que les sean expendido productos y participar en el diseño e instrumentación para reducir la generación de residuos sólidos.
Aunado a ello, la reforma a la citada ley establece mecanismos aplicables a la administración gubernamental: “Las dependencias y entidades de los tres poderes que conformar el gobierno de Oaxaca, los gobiernos municipales y órganos autónomos tienen prohibido adquirir, usar o distribuir productos en envases o embalajes de un solo uso elaborados con tereftalato de polietileno, poliestireno expandido o polietileno, salvo que sean destinados a fines médicos o para la atención humanitaria”, establece el artículo 68 bis de la citada ley.
Y también veta el obsequio, venta o entrega al consumidor final de bolsas de plástico y uso de popotes que sean que sean elaborados con polietileno de baja densidad, lineal, alta densidad, polipropileno, polímero de plástico y cualquier otro de sus derivados en supermercados, tiendas de autoservicio y conveniencia, mercado, comercios de giros diversos y cualquier tipo de unidad comercial.
La ley establece que quedan exentas de la restricción antes mencionada, las bolsas que hayan sido producidas con al menos un 30 por ciento de material reciclado o que fabricaron a través de procesos tecnológicos que permitan su pronta degradación.
Cabe destacar que apenas el año pasado el municipio de Oaxaca de Juárez prohibió el uso de unicel en la demarcación municipal, y aunque los comercios de venta de comida dejaron de entregar alimentos calientes en utensilios de este tipo, muchos negocios transitaron hacia el plástico.