El River Plate resultó campeón con tres goles a uno ante Boca Juniors en la final de la Copa Libertadores, que se jugó en el estadio Santiago Bernabéu de Madrid, España.
El colombiano Juan Fernando Quintero (109) y de Gonzalo ‘Pity’ Martínez en el alargue (120+1) anotaron los goles que dieron la ventaja al River en el disputado partido de este domingo.
Darío Benedetto adelantó a los ‘xeneizes’ al culminar una rápida contra justo antes de la pausa (44) y Lucas Pratto empató en la reanudación (68) después de una buena combinación de los ‘millonarios’. Tras el empate, los equipos jugaron la prórroga de 30 minutos.
Rivales históricos del fútbol argentino, los equipos se disputaron el campeonato de Sudamérica en un Madrid lejano a la Bombonera y el Monumental que empezaba a vibrar con este partido desplazado por la violencia ocurrida en Buenos Aires.
El emblemático estadio Santiago Bernabéu abrió las puertas a las dos hinchadas que a lo largo del día estuvieron cantando, saltando y animando en las respectivas “fan-zones”.
En juego está la consecución de la Copa Libertadores –la séptima de Boca y la cuarta de River– ante el eterno rival pero también la clasificación para el Mundial de Clubes que se disputará del 12 al 22 diciembre en Emiratos Árabes.
La vertiente deportiva de la bautizada como “final del siglo” pasó a un segundo plano cuando un grupo de hinchas radicales de River atacaron con piedras y gases lacrimógenos el autobús de Boca a su llegada al estadio Monumental, hiriendo a dos jugadores.
El encuentro fue primero aplazado, después suspendido y finalmente desplazado a Madrid en una controvertida decisión de la CONMEBOL que disgustó tanto a River, que perdió la localía, como a Boca, que exigió en vano la victoria en los despachos.
En una especie de ensayo de las futuras finales de la Libertadores, que se jugarán a partido único, en el estadio convivirán en tribunas opuestas las hinchadas de River y Boca, adonde quieren llevar el ambiente de las canchas argentinas.
La CONMEBOL puso a la venta 50,000 entradas para argentinos de ambos clubes –10.000 para residentes en el país y 40,000 para los emigrados– que viajaron en masa a Madrid.
Despliegue de seguridad
La capital española desplegó un dispositivo de seguridad excepcional, superior al diseñado para la final de Champions de 2010 o al de un clásico Barça-Madrid.
Se movilizaron más de 4,000 policías y agentes privados y se cortó el tráfico del paseo de la Castellana, donde se instalaron furgones policiales, tanquetas y policía montada, sobrevolados todos por un helicóptero.
Para acceder al estadio, los hinchas debían hacer largas filas para cruzar el triple control de seguridad previsto y, en el momento de las celebraciones, deberán dirigirse a zonas distintas.
El objetivo: que la final más esperada del fútbol argentino tenga un “cierre digno”, en palabras del entrenador rosarino del Real Madrid Santiago Solari.
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Con información de AFP