Después de cumplir una pena de cárcel y superar su adicción a la heroína, Danny Trejo nunca pensó en ser actor y aún así sus habilidades en el boxeo lo pusieron ante las cámaras.
Hoy es una estrella consolidada, con casi 370 créditos como actor y apariciones en grandes producciones como “Fuego contra fuego”, “Con Air” y “Desperado”, así como en programas de televisión como “Breaking Bad”, “The X-Files” y “Sons of Anarchy”.
Por lo general encarna al villano.
“Si no eres un tipo bonito, entonces déjame interpretar al malo”, bromeó en una entrevista con la AFP para promocionar el lanzamiento, el próximo martes, del DVD de la película de acción “Death Race Beyond Anarchy”.
“Siempre se necesitarán villanos y lo bueno de los villanos es que siempre tienen trabajo”.
Y tiene todas las características del malo típico de Hollywood: los tatuajes, las cicatrices, el bigote extendido, el cabello largo recogido y, parte del cliché, el aspecto latino.
“La gente inteligente sabe la verdad sobre los latinos, que vienen en todas formas y tamaños”, indicó el actor de 74 años en un momento en que el presidente conservador Donald Trump ha tachado a algunos inmigrantes de violadores, narcotraficantes y asesinos… Todos los papeles que a Trejo le ha tocado interpretar.
“No soy realmente político, pero sé que la verdad se impondrá”, añadió para cerrar el tema.
Trejo es estadounidense -nació en Los Ángeles-, pero muchas veces le pidieron actuar con un acento.
“Creo que el latino ha avanzado un largo camino desde que yo comencé. Tenemos ahora actores latinos que son estrellas de cine”, dijo, sin incluirse.
– “Buenos tipos malos” –
Fue todo pura casualidad, tenía unos 40 años y trabajaba ayudando a personas a luchar contra la adicción.
Un muchacho lo llamó por ayuda y fue allí que terminó en el set de “Escape en tren”.
“Allí me encontré con un muchacho que conocí en la cárcel llamado Eddie Bunker y me dijo (…) ‘¿todavía boxeas?’, le respondí, ‘no, entreno'”, recordó en una entrevista telefónica con la AFP.
Durante su tiempo en prisión, donde cumplió una pena de 11 años, fue campeón en las categorías de peso ligero y wélter. Trejo llegó a considerar dedicarse al deporte profesionalmente, pero cayó preso por vender cocaína falsa a un agente encubierto.
Bunker, guionista de la película, le ofreció un empleo.
“‘Necesitamos a alguien que enseñe a un actor cómo boxear’ y yo dije ‘¿cuál es la tarifa?’, dijo ‘320 [dólares] al día’. Y yo ‘¿cuán duro quieres que lo golpee'”, recordó riendo.
Y ahí comenzó todo.
El director Andrey Konchalovskiy lo vio entrenando a Eric Roberts y le ofreció un papel, como el oponente del protagonista en el cuadrilátero.
“Yo ni sabía lo que era un set de cine y la gente comenzó a llamarme señor Trejo”, siguió con un humor que no caracteriza a sus personajes. “La gente comienza a pensar que eres una estrella, pero tú no (…), es un trabajo como cualquier otro, es lo que hago para ganarme la vida”.
Nunca dejó de trabajar con personas que luchan contra la adicción a las drogas, pero desde aquel golpe de suerte, el mundo del entretenimiento le abrió las puertas.
Y el famoso tatuaje que lleva en el pecho, de una mujer con un sombrero charro, le ha dado vida a muchos de sus “muy buenos tipos malos”, como él los llama.