Por: Natalia López
Puebla, Pue. José de Jesús Martín Navarro perdió la vista por negligencia médica, pues al nacer prematuro el oxígeno de la incubadora quemó sus córneas. Sin embargo, eso no ha sido impedimento para que busque superarse todos los días y estudiar como cualquier joven de 14 años. Recientemente ganó el primer lugar del Concurso Estatal de Matemáticas 2017 en Guadalajara, Jalisco, durante el Robomath Challenge, lo que le mereció ser invitado a la NASA con apoyo del Gobierno de Jalisco.
Pese a haber logrado uno de sus más grandes sueños, José de Jesús no pudo viajar a Estados Unidos debido a que a él y su familia les fue negada la visa al no contar con una cuenta bancaria; así como por la condición de ama de casa de su madre y de obrero de su padre. Ante la noticia, José se deprimió y perdió esa alegría que lo caracteriza.
Afortunadamente, el astronauta José Hernández Moreno contactó con su “tocayo”, como lo llama, por lo que hoy se reunió con él en la Upaep para darle un recorrido por el laboratorio aeroespacial donde construyen el nanosatélite AztechSat-1, con apoyo de la agencia espacial estadounidense.
“Si él no puede ir a la NASA, hay que traer la NASA a él y entonces me ofrecí y le dije que con mucho gusto lo recibiría para conocernos, pues es un joven muy talentoso”, apuntó.
En conferencia de prensa, José de Jesús contó que los problemas en el concurso fueron complicados pero los supo resolver.
“Cuando mi mamá ponía a estudiar a mis hermanos me empezó a gustar mucho esa materia, empecé a investigar otras cosas”, relató el menor de 14 años y que cursa el sexto de primaria y quien también escribe canciones de rap.
Dijo que cuando crezca quiere estudiar herbolaria, pues le preocupa que las medicinas alópatas afectan la salud.
La madre del pequeño, María del Refugio Navarro de la Cruz, contó que José comenzó ganando el concurso de su escuela, Jesús Reyes Heroles en Miravalle, Guadalajara; y terminó compitiendo contra 600 mil niños quedando en primer lugar de los 300 finalistas, siendo el único en competir con discapacidad.
La señora reconoce la inteligencia de su hijo y su don para las matemáticas, por lo que tuvo que dejar la escuela especial para acudir a una normal, donde gracias al interés del director y los maestros José pudo desarrollar su talento.
“Él siempre dice que cada uno nos ponemos nuestros límites y dice que él no tiene límites; y el quiere ir a la NASA, dice que su sueño es ese y nos ha demostrado que lo que se ha propuesto lo está logrando”.