Un grupo de estudiantes iraníes ha dicho que pagará $100,000 dólares a cualquiera que sea capaz de destruir la embajada de EE UU recientemente abierta en Jerusalén.
La embajada se abrió ayer, acompañada de protestas en la Franja de Gaza en las que murieron por lo menos 58 palestinos por balas de francotiradores del ejército israelí. La decisión del presidente Donald Trump de mover la embajada a Jerusalén fue condenada internacionalmente y fue un golpe a las esperanzas de cualquier acuerdo de paz entre israelíes y palestinos.
Ahora, una organización iraní de línea dura —el Movimiento Estudiantil Iraní de Buscadores de Justicia— ha distribuido pósteres pidiendo ataques contra la embajada. En inglés, árabe y farsi, los panfletos dicen que el grupo “apoyará a cualquiera que destruya la embajada ilegal estadounidense en Jerusalén”.
El grupo afirmó que pagaría una recompensa de $100,000 dólares a quienquiera que destruya la instalación. La distribución de los pósteres fue reportada primero por el sitio web regional de noticias en idioma farsi University Student News Network.
La decisión de abrir la embajada ha sido ampliamente criticada. Trump anunció el plan cuando reconoció oficialmente a Jerusalén como la capital israelí en diciembre de 2017. Tanto los israelíes como los palestinos consideran que Jerusalén es su primera ciudad, por lo que la decisión de Trump de reconocer a la ciudad como la capital israelí minó las esperanzas palestinas de que sirva como la capital de su estado futuro.
La mayoría de las embajadas nacionales se ubican en Tel Aviv para evitar este problema. EE. UU. fue el primero en anunciar que reubicaría su instalación, y varias naciones han seguido su ejemplo desde entonces.
Mahmoud Abbas, presidente de la Autoridad Palestina, dijo el lunes que la embajada, a la cual llamó un “puesto de avanzada de los asentamientos”, sería un obstáculo para la paz. El presidente dijo que los negociadores palestinos no participarían en ninguna conversación de paz mediada por EE. UU. “de ninguna manera o forma”.
Los funcionarios estadounidenses e israelíes quienes asistieron a la ceremonia de apertura ayer estaban en marcado contraste con los manifestantes ensangrentados en Gaza. La delegación estadounidense consistió de Ivanka Trump, Jared Kushner y varios legisladores y líderes religiosos. Kushner ha sido criticado por comentarios en los que sugiere que los manifestantes en Gaza “son parte del problema y no parte de la solución”. Estos comentarios fueron eliminados de la transcripción oficial del evento hecha por la Casa Blanca.
Infantes de marina de EE. UU. han sido desplegados en embajadas estadounidenses en cierta cantidad de países de la región para proveer seguridad adicional contra potenciales ataques en represalia.
El lunes, Ali Larijani, portavoz del Parlamento iraní, dijo que EE. UU. ha “entrado en una crisis en su toma de decisiones estratégicas que mira a la arena internacional de manera inmadura y osada”. Él advirtió: “Una mentalidad pobre es costosa para los estadistas, y con el tiempo tendrán que pagar el precio”.
Las relaciones entre iraníes y estadounidenses están en un punto bajo después de que Trump anunció que se retiraría del Plan Completo y Conjunto de Acción de la era de Obama, el cual retiró las sanciones internacionales a Irán a cambio de que frenase su programa nuclear. Los signatarios restantes del acuerdo tratan de trabajar con Irán para mantener el tratado, pero si fracasa, los líderes iraníes han amenazado con reanudar su investigación de armas nucleares.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek