El gobierno venezolano anunció este miércoles que reactivó la planta de la empresa estadounidense de alimentos Kellogg, un día después de que la firma anunciara el cese de sus operaciones por la crisis económica.
“Han decidido los trabajadores de Kellogg reactivar la planta el día de hoy, con los trabajadores y la clase obrera”, dijo el gobernador oficialista del estado Aragua (noroeste), Rodolfo Marco Torres, acompañado por empleados de la fábrica.
El funcionario aseguró que la planta de la subsidiaria -ubicada en la ciudad de Maracay, a 130 km de Caracas- cuenta con “suficiente materia prima para una producción de aproximadamente tres meses”.
“Para abastecer al pueblo. Le decimos a Venezuela y al mundo: aquí está la clase obrera unida, comprometida para producir alimentos para el pueblo”, añadió.
El presidente Nicolás Maduro denunció el martes que el cierre de Kellogg busca “asustar al pueblo” antes de las elecciones presidenciales del domingo, en las que busca reelegirse y cuyos resultados no reconocerán Estados Unidos, la Unión Europea y varios países latinoamericanos.
Kellogg justificó el cese de operaciones en el “deterioro de la situación económica”, caracterizada por la escasez de alimentos, medicinas y materias primas, y una hiperinflación que según el FMI llegará 13,800 por ciento este año.
Las actividades de Kellogg se reactivaron pese a que la firma dijo el martes que la distribución de sus productos y el uso de la marca quedaban suspendidos.
“Estamos revisando los almacenes, estamos en un proceso de calibración de la maquinaria”, añadió Marco Torres, junto con un trabajador que celebró la medida.
El cierre de Kellogg se suma al de otras multinacionales en los últimos años por la debacle económica, como las estadounidenses General Motors, Kimberly-Clark y Clorox.
La papelera Kimberly-Clark también fue intervenida tras cesar operaciones en junio de 2017, y adoptó el nombre de un guerrero indígena: Planta Productiva Cacique Maracay.
Además de la hiperinflación, la escasez de divisas que monopoliza el Estado y los controles de precios forman parte del cóctel que asfixia a las empresas privadas, según especialistas.
(Con información de AFP)