Residentes de Fukushima, Japón, se están uniendo en contra de los planes para construir nuevas carreteras que usan materiales expuestos a la radiación tras el accidente en un núcleo en la planta nuclear local en 2011.
El Ministerio del Medio Ambiente planea comenzar las pruebas con la tierra contaminada el próximo mes, y será la ciudad de Nihonmatsu el campo de pruebas, informó The Japan Times.
El proyecto contempla enterrar grandes bolsas negras llenas de tierra bajo un tramo de 200 metros de la carretera planificada. Se colocarían más de 500 metros cúbicos de tierra a una profundidad de 50 centímetros. Las bolsas se cubrirían con tierra limpia para bloquear la radiación dañina. Esas bolsas, a su vez, estarían pavimentadas con asfalto.
Esto representa una pequeña parte de los aproximadamente 22 millones de metros cúbicos de tierra irradiada en la prefectura. Las crisis de 2011, causadas por un terremoto y un tsunami, produjeron escombros radiactivos que fueron arrojados sobre el área local. El material eventualmente contaminó cientos de millas cuadradas de Fukushima.
El gobierno japonés ha alentado a los residentes a regresar a sus antiguos hogares, pero muchos todavía creen que no es seguro. Las autoridades incluso comenzaron a retirar los pagos de asistencia de vivienda a aquellos que abandonaron el área después del colapso, lo que los obligó a regresar.
Las autoridades planean mantener todo el material contaminado en almacenes temporales antes de transportarlo a lugares de disposición final fuera del estado, pero eso podría demorar hasta 30 años. Según un informe de 2016 de NPR, hay alrededor de 9 millones de bolsas de tierra contaminada a la espera de su eliminación.
Debido a la gran cantidad de materiales que se eliminarán, las autoridades quieren usarlos de manera productiva. El Ministerio de Medio Ambiente dijo que usaría tierra que emite una radiación máxima de 8,000 becquerels por kg. El promedio para la tierra utilizada en la construcción de carreteras es de alrededor de 1,000 becquerels por kg. Si las pruebas son exitosas, el ministerio planea replicar los planes a nivel nacional.
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Pero para los residentes cuyas vidas se vieron afectadas por el desastre de 2011, cualquier exceso de radiación es demasiado. Según The Japan Times, un informe dado por el Ministerio de Medio Ambiente el jueves fue interrumpido por los lugareños que se oponen al proyecto.
“Garantizar la seguridad es diferente de que el público se sienta a gusto”, dijo el agricultor de 62 años Bunsaku Takamiya. Su granja está cerca de una de las carreteras planificadas, y teme que la proximidad de sus cultivos al suelo impida que la gente compre sus productos. “No esparza tierra contaminada en las carreteras”, gritó otro residente durante la reunión.
Un funcionario vinculado con el ministerio le dijo al periódico que, dada la ira entre los residentes locales, “es difícil proceder como está”.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek