El dueño del Trump Ocean Club International Hotel and Tower de Panamá asumió el control del edificio y sus primeras acciones fueron expulsar a la empresa del presidente Donald Trump de la administración del negocio así como quitar el letrero con la palabra “Trump” que estaba en la entrada del lugar.
Tras un conflicto de 12 días entre Trump Hotels y el empresario chipriota Orestes Fintiklis, policías acompañados por una funcionaria del Órgano Judicial sacaron a los miembros de la organización del presidente estadounidense que se negaban a dejar las oficinas del hotel de lujo, de acuerdo con Univision. Luego, varios hombres removieron el rótulo que hacía referencia al magnate.
“Es una disputa comercial que salió de control, y hoy esa disputa ha sido solucionada por los jueces y las autoridades panameñas”, dijo Fintiklis a periodistas y desde Miami.
Aunque el empresario afirmó que “Panamá ha demostrado que tiene instituciones estables, y un marco legal que protege al inversionista”, la organización de Trump negó que haya habido alguna decisión judicial que les haya quitado la administración del hotel y anunció posibles demandas.
“Que quede absolutamente claro que a la fecha de hoy no se ha decidido absolutamente nada por ningún tribunal de justicia, ya sea ordinario o de arbitraje, donde se haya puesto fin a nuestro contrato de administración del Hotel”, señaló la compañía Trump en un comunicado fechado en Panamá.
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Manifestó que está “totalmente convencido” de que “deberá ser indemnizado por daños y perjuicios, costas y otros gastos producto de las acciones tomadas el día de hoy”. Además, comenta que la decisión final sobre la administración final del inmueble será decidida por un tribunal internacional bajo la supervisión de la Cámara Internacional de Comercio.
Inaugurado por Trump y el detenido Martinelli
El inmueble en disputa fue inaugurado en 2011 por el propio Donald Trump y el entonces presidente panameño Ricardo Martinelli, actualmente detenido en Miami como parte de un proceso que se le sigue por la interceptación ilegal de las comunicaciones durante su gobierno.
La construcción tiene 72 pisos y más de mil habitaciones, incluye un lujoso hotel, apartamentos, un casino, tiendas, spa y una pequeña playa privada. De ellos, el hotel y la mayoría de los apartamentos fueron vendidos el año pasado a Fintiklis, gerente de la compañía Ithaca Capital Partners, con sede en Miami.
Como parte del acuerdo de venta, la administración del hotel seguiría en manos del equipo de Trump, pero tras varias desavenencias que han terminado en los tribunales estadounidenses, Fintiklis ha tratado de sustituir a la organización de Trump del control del edificio.
Algunos turistas aprovecharon para tomrse fotos en el pequeño muro donde se encontraban las letras en mayúscula con el apellido Trump, y donde queda la inscripción: “Ocean Club International Hotel & Tower”.
Trump Hotels acusó la pasada semana a Fintiklis, de “fraude” y de utilizar “tácticas del estilo de la mafia” para expulsar a los actuales administradores. Además, se han producido enfrentamientos físicos entre el personal de la administración del hotel con el nuevo propietario y su equipo.
El pasado 26 de febrero la fiscalía panameña anunció que había iniciado una investigación por posible “usurpación” del hotel, tras una denuncia realizada por Fintiklis, quien manifestó que la administración Trump no le dejaba entrar a su propiedad.