Una veintena de padres de niños con trasplantes y en diálisis permanecieron encadenados por varias horas del martes frente a un hospital de Caracas, Venezuela para exigir al gobierno medicinas que salven a sus hijos.
“Por favor ayúdennos, ni yo ni mis amigos queremos morir”, pidió entre sollozos Carlibeth Falcón, de 11 años, junto a su padre encadenado a la reja del hospital JM de los Ríos.
El hombre denunció que su hija, trasplantada en 2016, lleva dos días sin tomar el medicamento que evita el rechazo de un riñón donado.
“Que no vengan a decir que esto es un show mediático”, declaró a periodistas Carlos Falcón. Con un tapabocas, su hija desplegó un cartel con la frase: “Auxilio, mi riñón y mi vida están en riesgo por falta de inmunosupresores”.
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Los padres fueron recibidos por autoridades de salud que prometieron normalizar el suministro en dos semanas, señaló Falcón, al recordar que varios pacientes de nefrología murieron el año pasado en el JM de los Ríos.
En lo que va de 2018, siete trasplantados han fallecido por rechazo de órganos, aseguró a la AFP Francisco Valencia, de la ONG Codevida.
Otros nueve perdieron el trasplante y volvieron a diálisis, mientras una treintena enfrenta ese riesgo.
Se estima que unos 3,500 trasplantados “no tienen acceso a inmunosupresores”, de 16,000 pacientes renales, sostuvo el activista.
A la falta de fármacos para enfermos crónicos, cuyo suministro recae en el Instituto de Seguros Sociales, se suma el cierre de 35 unidades de diálisis -de 129-, subrayó Valencia.
La escasez de medicinas para enfermedades de alto costo llega a 95%, en tanto las esenciales, como hipertensivos, es de 85%, según la Federación Farmacéutica.
Asimismo, el desabastecimiento de insumos médicos alcanza 85%, de acuerdo con varias ONG, que piden al gobierno acudir a la Organización Panamericana de la Salud en busca de ayuda.
El presidente Nicolás Maduro, que rechaza la oferta de países como Colombia de habilitar un canal humanitario de suministro de fármacos, defiende que su gobierno hace esfuerzos para seguir subsidiando tratamientos de alto costo pese a la grave crisis económica.
Maduro sostiene que la situación se ha agravado por las sanciones financieras de Estados Unidos.
El 30 de enero aprobó 12.3 millones de euros para adquirir medicamentos hemoderivados, insumos para bancos de sangre, catéteres y reactivos para máquinas de diálisis.