El regalo de despedida de las chinches de cama puede provocarnos alergias dentro de nuestros propios hogares. Un nuevo estudio encontró que sus desechos contienen una sustancia química que persiste después de que los insectos han sido exterminados, y estas histaminas pueden causar reacciones alérgicas, como erupciones y problemas respiratorios.
Según la investigación de científicos de la Universidad Estatal de Carolina del Norte, los niveles de histamina de las heces de las chinches pueden mantenerse altos durante meses después de que un hogar haya sido tratado profesionalmente.
Los hallazgos aumentan el miedo por infestaciones del Cimex lectularius. “Las chinches generalmente se consideran una plaga molesta, con una importancia médica limitada porque no se sabe que transmitan enfermedades”, dijo a Newsweek Zachary DeVries, autor del estudio e investigador de entomología posdoctoral de NC State, por correo electrónico. “Nuestros hallazgos comienzan a desafiar esta creencia”.
DeVries y sus colegas recolectaron polvo de 140 apartamentos ubicados en el mismo edificio en Raleigh, Carolina del Norte, que se sabía que estaba infectado con chinches a pesar de los esfuerzos de control de plagas. Los investigadores también recolectaron muestras de otros cinco hogares que se cree que están libres de plagas y se encuentran a unos 8 kilómetros de distancia del edificio de departamentos. Los niveles de polvo se midieron antes y después de que una empresa profesional de control de plagas utilizara un tratamiento térmico y un insecticida en aerosol para erradicar los insectos en todos los departamentos.
Se puede encontrar una variedad de sustancias en el polvo –polen, células la piel humana y bacterias– pero los científicos analizaron específicamente los niveles de histamina. El estudio, publicado en la revista PLOS One, encontró niveles más altos de histamina en los apartamentos que se sabía que habían estado infestados con chinches.
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Pero lo más sorprendente fue la diferencia. “Los niveles de histamina en las casas infestadas de chinches de cama fueron al menos 20 veces más altos que los niveles de histamina en los hogares sin chinches”, dijo DeVries en un comunicado.
Pero no hay necesidad de entrar en pánico por el momento. “Debemos ser precavidos porque no sabemos cómo la exposición a la histamina ambiental afecta a los humanos”, dijo DeVries a Newsweek.
Pero reconoció que el nuevo hallazgo podría alterar nuestra forma de pensar sobre las chinches. “Si la histamina tiene implicaciones médicas, ya sea sola o en combinación con otros alérgenos, esto podría cambiar por completo la forma en que se ven las chinches y cómo manejamos sus infestaciones en el futuro”, dijo DeVries.
Los estudios futuros de las chinches y su histamina deberían incluir un tamaño de muestra mayor para explorar si otras variables pueden estar afectando sus hallazgos, anotan DeVries y sus colegas en el documento publicado. Además, los deberían analizar los impactos en la salud de la histamina en el aire y cómo afecta a la piel y los sistemas respiratorios de las personas.
Los datos actualmente disponibles muestran que las chinches no son peligrosas y no transmiten enfermedades, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. Pero eso no significa que no sean molestos. Las chinches, que se alimentan de sangre, pueden causar erupciones cuando nos muerden y, en algunos casos, reacciones alérgicas graves.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek