Los científicos finalmente tienen una respuesta de lo que repentinamente mató a cientos de miles de antílopes en 2015: una bacteria normalmente inofensiva que se volvió mortal por el cambio climático.
Hace tres años, manadas enteras de antílopes saiga murieron sin razón aparente. Se calcula que murieron 200,000, así como becerros recién nacidos que de repente no tuvieron madres que los cuidaran. Dos tercios de la población mundial de estos animales que apenas empezaba a recuperarse de la caza clandestina murieron en un lapso de pocas semanas.
Confundidos al principio, los conservacionistas evaluaron la tierra en busca de veneno y analizaron los cuerpos en busca de señales de caza ilegal. Al estudiar los muertos, los investigadores identificaron al asesino: una bacteria llamada Pasteurella multocida tipo B.
Estas bacterias por lo regular viven inofensivamente en las narices extrañas y largas de los antílopes saiga, pero luego los microbios de repente invadieron el resto del cuerpo de los antílopes, provocando septicemia hemorrágica. La enfermedad, que en ocasiones afecta al ganado, destruye las células doquiera que va, provocando sangrado interno y en esencia ahogando a los animales en sus propios fluidos corporales.
Pero ¿por qué la bacteria se volvió mortal súbitamente? Un estudio publicado el miércoles en la revista Science Advances señala un posible culpable: un cambio extraño y repentino en el clima.
Específicamente, los investigadores usaron modelos estadísticos para determinar que el clima en áreas con manadas de saigas afectados fue inusualmente cálido y húmedo. No está claro cómo exactamente un ambiente húmedo y cálido influencia a la P. multocida para que mate a su huésped. Sin embargo, experimentos de laboratorio en ratas han demostrado que dicho ambiente sí ayuda a que la bacteria se propague, según The Atlantic.
En noviembre de 2015, después del evento mortal, representantes de varios países que albergan los saigas migratorios se unieron para resolver cómo proteger a los saigas restantes, citando la administración sanitaria de la vida silvestre, acciones contra la caza furtiva y la eliminación de cercas que bloquean su migración. El nuevo estudio también motivó acciones para evitar que el ganado propague la enfermedad.
A una escala mayor, abordar el cambio climático puede prevenir desapariciones masivas y eventos extraños que pueden llevar a extinciones de cierta variedad de animales. Como lo demuestran las muertes de los antílopes, incluso cambios aparentemente inocuos en la temperatura y la humedad pueden tener efectos devastadores.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek.