La pandilla centroamericana Mara Salvatrucha, conocida también como MS-13, extorsiona y asesina dentro del territorio estadounidense teniendo como víctimas a inmigrantes indocumentados de un poblado cercano a la Casa Blanca, quienes por su estatus legal en la Unión Americana, no interponen denuncias ante las autoridades.
El presidente Donald Trump prometió en abril pasado que “eliminaría rápidamente” a la MS-13. Tres meses después insistiría en el tema e incluso haría una declaratoria de guerra contra esta agrupación criminal a la que busca erradicar.
La presencia de este grupo criminal no es algo nuevo. Se tiene conocimiento de que la MS-13 ha operado en y alrededor de EE.UU. por más de dos décadas. Aun cuando la mayoría de sus aproximadamente 30,000 miembros están domiciliados en Centroamérica, reportes estadounidenses hablan de más de 6,000 miembros esparcidos por 46 estados en ciudades como Los Ángeles, donde se originó la pandilla, Washington, D.C., Long Island o Nueva York.
Una serie de testimonios recopilados por The Washington Post dan cuenta de cómo integrantes de la Mara operan en territorio estadounidense a unos 11 kilómetros de la Casa Blanca. Las personas consultadas por el diario dan cuenta de cómo esta pandilla cobra cuotas semanales a los inmigrantes, acosa a los menores de edad para que se sumen a sus filas, y persigue, y en algunos casos asesina, a quienes se atreven a denunciarlos.
“La gente aquí vive con miedo”, dijo Abigail Bautista un centroamericana que vive en Langley Park. “Pero no tengo nada que perder”, mencionó al Post, quien da cuenta de la historia de esta mujer guatematelca que ha cooperado con las autoridades estadounidenses para dar con todos los responsables del asesinato de su hijo, el cual fue presuntamente ordenado por un líder de la MS-13 en esta localidad.
“Están atacando a las comunidades en las que viven”, dijo Michael McElhenny, agente especial de supervisión del FBI en Maryland al Washington Post.
Apenas en noviembre pasado se dio a conocer que miembros de la Mara decapitaron a un hombre y le arrancaron el corazón en un hecho ocurrido cerca de Washington. El cuerpo de la víctima fue encontrado el 5 de septiembre con 100 puñaladas en un hoyo cavado en un parque de la localidad de Wheaton en Maryland.
A una vecina de Langley Park, una localidad también localizada en Maryland, integrantes de esta pandilla la obligaron a pagar una cuota semanal amenazándola con asesinar a su esposa. Otra dijo que le dieron unos días para obtener 1,500 dólares a principios de este año o que la MS-13 mataría a sus hijos en América Central.
Los miembros de esta agrupación, refiere el Post, siembran el terror con asaltos aleatorios a los residentes y ataques contra quienes consideran sus rivales. En un tramo de seis meses del año pasado, la MS-13 mató a cuatro miembros de otras pandillas en el vecino Lewisdale, de acuerdo con los registros judiciales obtenidos por el medio. La pandilla también administra burdeles y operaciones de extorsión, cuyos ingresos se envían a líderes encarcelados en el extranjero.
El presidente Donald Trump ha atribuido el crecimiento de esta pandilla a la inmigración desde Centroamérica y pidió a la policía mano dura y más deportaciones de indocumentados. “Son animales”, dijo Trump al describir a la MS-13. Sus opositores, en tanto, han señalado que el mandatario usa la MS-13 como excusa para promover su dura política migratoria.