
El crédito empresarial en México atraviesa una transformación profunda, impulsada por la digitalización, la presión de las tasas altas y la necesidad de modelos más inclusivos y sostenibles.
A pesar del débil desempeño económico desde 2023, el crédito empresarial muestra una recuperación sostenida. En 2025, el flujo anual del crédito vigente a empresas se sitúa en 0.90% del PIB, lo que supera el promedio prepandemia.
Hoy las empresas usan el crédito para cubrir necesidades operativas y financiar inversiones, especialmente aquellas que no participan en mercados bursátiles. Un alto porcentaje del crédito se emplea como capital de trabajo.
En tanto, las tendencias para 2025 son:
En un contexto donde la Tasa de Interés Interbancaria de Equilibrio (TIIE), tasa de referencia que calcula el Banco de México para reflejar el costo del dinero entre bancos, supera el 11%, las empresas buscan alternativas que les permitan mantener liquidez sin comprometer su rentabilidad.
Emergen entonces algunos modelos emergentes como el crédito digital flexible (BBVA). Se caracteriza porque es 20% revolvente y 80% amortizable. Su contratación es 100% digital. Resulta idóneo para Pymes con necesidades mixtas de liquidez y activos fijos.
Otro esquema emergente es el factoraje y arrendamiento (LOUNN). Se caracteriza por la venta de cuentas por cobrar o leasing de maquinaria. Se recomienda a empresas con flujo irregular o en expansión.
También aparecen Fintech como Zeppelin que generan préstamos basados en cuentas por cobrar, plazos cortos y tasas personalizadas. Resultan ideales para Pymes con ciclos de cobro definidos y urgencia de capital.
En tanto, también aparecen los créditos ESG con condiciones preferenciales para empresas con impacto ambiental/social. Este crédito es idóneo para corporativos con políticas sostenibles.
Otro esquema crediticio emergente es el Open Banking + IA. Aquí la evaluación es automatizada, las decisiones se toman en minutos y no se requiere infraestructura adicional. Es un sistema que buscan las empresas con buena gestión de datos y necesidad de escalabilidad.
Entre los casos reales inspiradores tenemos a Xepelin + Pymes exportadoras, empresas que necesitaban cubrir costos logísticos accedieron a créditos de hasta 120 días con tasas personalizadas, sin generar deuda bancaria tradicional.
Otro caso es LOUNN + Shark Tank México: Pymes que participaron en la plataforma recibieron múltiples ofertas de financiamiento en minutos, lo que aceleró su expansión sin pasar por bancos.
Kueski + inclusión financiera, por su parte, representa usuarios que nunca habían accedido al sistema bancario lo hicieron por primera vez a través de préstamos digitales, con lo que construyeron historial crediticio y formalizaron sus operaciones.
En sí, el crédito dejará de ser un producto y se convertirá en un servicio integrado en los ecosistemas digitales donde las empresas ya operan como e-commerce, ERP y otros.
*Julio César Briseño Cruz, CEO de Cénit, banca de desarrollo y consultoría empresarial.