
La gobernadora de Guanajuato, Libia Dennise García Muñoz Ledo, aseguró que el proyecto del acueducto Solís–León no modificará la dotación de agua al Lago de Chapala y afirmó que existe desinformación sobre su alcance.
Respondió a las inquietudes generadas por el manifiesto firmado por alcaldes de Jalisco en contra de la obra, quienes advierten riesgo para el lago. La mandataria afirmó que el volumen de agua a utilizar provendrá de la tecnificación agrícola.
“No se modifica la dotación de agua a Chapala y la eficiencia que tendremos en el campo será lo que nos permitirá dotar a nuestros municipios”, dijo.
Agregó que el proyecto está respaldado por estudios técnicos y que Guanajuato cuenta con derechos hídricos históricos:
“Todo esto se sustenta en estudios técnicos, elaboraron estudios técnicos para darle viabilidad a este proyecto. Es un proyecto ampliamente anhelado por las y los guanajuatenses”.
García Muñoz Ledo adelantó que habrá recorridos con autoridades federales y estatales para supervisar el proyecto.
“Platiqué este tema con la presidenta y hay todo el respaldo para este acueducto. Vamos a tener, de hecho, un recorrido ya en sitio con las autoridades, con Sedena, con Conagua, con nuestra propia Secretaría de Agua y Medio Ambiente”.
La mandataria sostuvo que el acueducto es una opción “sustentable” y “viable” ante la falta de cumplimiento del convenio sobre el uso del agua del Zapotillo.
Fue el miércoles pasado cuando alcaldes de la Ribera de Chapala firmaron un manifiesto para reconsiderar el acueducto Solís-León, incluido en el Plan Nacional Hídrico 2024-2030, y pidieron proteger el lago según los decretos de 2004 y 2015.
El proyecto extraería 3.8 metros cúbicos equivalentes a 220 millones de metros cúbicos al año, para abastecer a Salamanca, León, Irapuato, Celaya, Silao y el distrito 11 de riego en Guanajuato.
Mientras tanto, el Congreso de la Unión aprobó un punto de acuerdo del senador Francisco Ramírez Acuña para que la Conagua proteja Chapala, garantice agua a Jalisco y cumpla el convenio de 2004 sobre la cuenca Lerma-Chapala.
Segun argumentó, el acueducto priorizado en el Plan Nacional Hídrico 2024-2030, genera preocupación por la falta de transparencia en estudios técnicos y por posibles efectos sobre el lago y la economía regional.