
MARCO TRESPALACIOS NO ES MÉDICO, ni pretende serlo. Tampoco se asume como sanador. Es comunicador de formación, practicante de reiki y, desde hace más de 15 años, uno de los principales promotores y autoridad en México de la alineación alphabiótica, una técnica poco conocida que, asegura, transforma la vida de quienes la reciben.
En decenas de videos en redes sociales, quienes han pasado por sus manos describen la experiencia como un antes y un después. “Es una atracción de la columna que busca restablecer el balance físico, emocional y espiritual”, explica Trespalacios en entrevista con NW Noticias. Y, ahonda, funciona liberando los discos intervertebrales de presión y sincronizando la actividad cerebral.
El alphabiotista detalla los cinco estados cerebrales (Delta, Theta, Alfa, Beta y Gamma) y afirma que la mayoría de las personas operan en Beta, relacionada con la acción y la lógica, “con una dominancia cerebral de uno de los hemisferios”. Sin embargo, esta frecuencia también puede amplificar el estrés y la ansiedad en las personas. El objetivo de la alineación alphabiótica es “mover ese estado Beta a Alfa, donde ambos hemisferios cerebrales trabajan en sincronía”.
“En el movimiento de la alineación se activa el hipotálamo y se segregan neurotransmisores como la dopamina, serotonina, oxitocina y endorfinas. Estos generan una sensación de bienestar profundo”, dice. Desde su mirada, muchas afecciones emocionales derivan de desequilibrios en esta química cerebral: ansiedad por pensar en el futuro, depresión por aferrarse al pasado. La alineación, asegura, puede traer a la persona al presente.
Sobre la forma en la que detecta la dominancia cerebral, Marco Trespalacios explica que lo hace palpando el axis y el atlas, las dos primeras vértebras, “donde se siente una concavidad o convexidad indicando la carga hacia un lado u otro”.
El camino de Trespalacios hacia esta práctica comenzó por necesidad. Después de dos accidentes en motocicleta que afectaron su cadera y clavícula, vivió con dolor crónico por más de cinco años. “Llegué a tener un dolor permanente de cuatro sobre diez. No es algo que te incapacita, pero sí que te cambia el humor y la vida entera”. Fue en ese momento que decidió regresar a Hermosillo, su ciudad natal, para recuperarse.
Allí comenzó a conducir un programa de radio llamado Espacio holístico, donde entrevistó a autoridades en distintas disciplinas como acupuntura, temazcal, reiki y biomagnetismo. Un día entrevistó a quien más tarde se convertiría en su maestro de alineación alphabiótica. “Me alineó durante la transmisión y viví una experiencia espiritual muy fuerte. Sentí un látigo de luz dorada y se fue el dolor. Lloré ocho minutos seguidos. Fue una liberación”, confiesa.
Desde ese instante supo que quería aprender la técnica que lo había liberado de un dolor que le habían asegurado sería permanente. Comenzó su formación con sesiones intensivas cada mes y, seis meses después, ya se encontraba practicándola en otros. En ese camino comprendió que su misión no era solo ejecutar esta práctica, sino que, como comunicador, debía darla a conocer. Después se dio cuenta de que no bastaba con hablar del tema y entonces comenzó a hacer ambas cosas, difundir la práctica y practicarla en otros: “Si se los hago, afecto su vida positivamente en segundos, mucho más que solo hablando de sus beneficios”.
Marco Trespalacios explica que la columna vertebral es mucho más que un eje estructural del cuerpo: la describe como una “antena”. Una columna desalineada, dice, interfiere con la comunicación del cuerpo, del sistema nervioso, de la energía. “Si está derechita, captas señal en alta definición. Si se enchueca, hay interferencia”.
Muchos síntomas comunes como entumecimiento, mala circulación, problemas digestivos y dolor de espalda pueden deberse, según él, a desajustes en la columna. Y es ahí donde entra la alineación: una técnica que proviene de la quiropraxia, pero que dejó de enseñarse formalmente hace décadas. “Posiblemente debido a intereses económicos en intervenciones quirúrgicas”, agrega.
Durante años, Trespalacios ofreció esta terapia en Hermosillo a través de aportaciones voluntarias. “No cobraba, era mi forma de compartir”. Pero luego sintió la necesidad de salir y expandir el conocimiento. En 2012 emprendió un recorrido por el país, de punta a punta, sin itinerario. Durante cinco años viajó por ciudades y pueblos, alineando a personas que jamás habían escuchado hablar del tema. “Mucha gente me dice que les transmito seguridad. Mi respuesta es: a mí me funcionó, no me lo contaron”.
Ese mismo compromiso lo ha llevado a seguir viajando: a España, Canadá, Colombia, Estados Unidos y, más recientemente, a programas de televisión como Hoy, donde alineó en vivo a Galilea Montijo y Jordi Rosado. También ha atendido a artistas como Susana Zabaleta y Pedro Fernández, aunque muchos prefieren mantenerlo en privado.
En 2022, después de 15 años compartiendo contenido en redes sin gran impacto, un video de Marco se volvió viral. Desde entonces, su presencia en plataformas como Tiktok se ha consolidado y lo ha llevado a crecer exponencialmente; hoy cuenta con 3 millones de seguidores. Sin embargo, esta visibilidad también ha traído complicaciones.
Personas con poca preparación están replicando la técnica de forma incorrecta. “No tengo red de otras personas que practiquen la alineación, ni sucursales en otros lugares porque creo que enseñar no es mi misión y no puedo recomendar a personas que no conozco”, lamenta. Aunque dice que, en lugares como Dallas, Estados Unidos, existen escuelas más formales.
“No a todos les puedo resolver todo”, admite con franqueza. “Hay personas que llegan con sobrepeso, tres enfermedades crónicas y expectativas altísimas de que una sesión lo cambie todo. A veces sí pasa, pero otras veces ni con 50 sesiones”.
Lo que recomienda es un enfoque integral: ajustes periódicos, nutrición adecuada, algo de ejercicio y descanso. “Este cuerpo no vive del aire”, señala. Recomienda suplementación desde la medicina ortomolecular y sostiene que, al nutrir bien a las células, el cuerpo se pone a reparar. Su visión es holística, pero también terrenal: “Es como llevar el coche al servicio cada 5,000 km, mejor que llevarlo solo una vez en la vida”.
También aclara que la alineación alphabiótica funciona independientemente de si la persona cree en ella o no. “Es una técnica mecánica con filosofía espiritual, pero no es cuestión de fe”.
La práctica también tiene su costo. En eventos como la Expo Espiritualidad ha llegado a alinear a más de 3,000 personas en tres días. En una jornada en Monterrey, atendió a 220 personas, rompiendo su propio récord personal. “Sí me canso. A veces me saturo, llego a casa y no quiero hablar con nadie por una semana”. Aunque no cree que absorba la energía negativa de sus pacientes, sí reconoce que necesita pausas para cargarse de energía de nuevo.
Tiene sus propios métodos de protección energética: reiki, palo santo, ámbar y otros rituales sutiles que integran su práctica, aunque no siempre los menciona. “Con algunos pacientes, cuando veo que lo necesitan, uso también técnicas de thetahealing o reiki”, y se describe como un mecánico con su cinturón de herramientas.
A pesar del crecimiento, su equipo es pequeño: lo conforma él, su pareja y un asistente que responde mensajes. La operación, al final, sigue siendo artesanal, cercana. Aunque no tiene planes de enseñar, sí desea seguir compartiendo y expandiendo la práctica. Sus destinos favoritos son San Luis Potosí, Morelia, Guadalajara y, por supuesto, San Miguel de Allende, donde reside desde hace seis años.
A pesar del cansancio, de las expectativas y del escepticismo que muchas veces rodea a las terapias alternativas, Marco Trespalacios mantiene firme su misión: “Me da mucho gozo saberme útil para la sociedad. No sabes en qué medida puedes ayudar a que una persona esté muchísimo mejor en su vida”.
Tal vez esa es la verdadera columna de su trabajo: una vocación inamovible de estar al servicio del equilibrio, desde la espalda hasta las emociones. N