
DOS DÉCADAS DESPUÉS DE SU ESTRENO, Instrucciones para volar vuelve a los escenarios con una Karina Gidi madura que reencuentra su propia historia de amor para dialogar con las nuevas generaciones. La actriz protagoniza este monólogo en el Foro La Gruta, del Centro Cultural Helénico, un espacio que guarda memorias especiales de esta producción.
El camino de Instrucciones para volar está marcado por coincidencias significativas. La obra, estrenada en diciembre de 1999, tuvo su última función en 2006 precisamente en el Foro La Gruta, con una develación de placa a cargo de Alberto Lomnitz y Diana Bracho. Ahora, años después, Gidi regresa al mismo espacio que ha atravesado remodelaciones, al igual que la obra misma.
“En 2006 fue la última función que hicimos, hasta ahora que la reestrenamos en enero bajo una nueva versión, primero en la Sala Xavier Villaurrutia del Centro Cultural del Bosque. Estoy ilusionada porque La Gruta tampoco es la misma que era en 2006, ha pasado por estos cambios y remodelaciones, lo mismo que con la puesta en escena”, dice en entrevista con NW Noticias la actriz mexicana que dio vida a Rosario Castellanos en la película ‘Los adioses’ (2017).
Detrás de este monólogo late una experiencia personal extraordinaria. En una época donde conocer a alguien por internet era una rareza absoluta, Gidi vivió un romance que desafió las convenciones de ese entonces. Casada durante 10 años con el padre de sus hijas, un polaco-canadiense que residía en Alberta, Canadá, su historia comenzó de la forma más improbable: a través de ICQ, una página con una pequeña florecita que conectaba aleatoriamente a personas de distintas partes del mundo.
“No era una aplicación para buscar el amor, era solamente para encontrar a alguien con quien conversar que estuviera en otra parte del mundo”, recuerda Gidi. El sistema era simple: apretabas un botón, la florecita giraba y de pronto aparecía alguien de Corea, Australia o Venezuela. Una breve descripción de intereses y la decisión de iniciar o no una conversación.
La actriz admite que para cuando él apareció en su pantalla, ya había tenido encuentros con “personas muy raras” y estaba a la defensiva. Él guarda el recuerdo de que ella lo “bateó un poquito” al principio. Pero la persistencia y la autenticidad vencieron: primero conversaciones escritas, luego llamadas telefónicas, después correos electrónicos, hasta que finalmente él viajó a México. El resto, como suele decirse, es historia. Gidi migró a Alberta, donde nació su primera hija y vivió cuatro años.
“En aquel momento pensé ‘esta historia es rarísima y extraordinaria, tengo que hacerla una obra de teatro’ y así fue que se sembró en mi cabeza esta semillita de ‘Instrucciones para volar’. Para mí la idea de la migración, del viaje, el vuelo, la idea de conocer a alguien sin conocerlo realmente; enamorarte, sin haberlo visto en persona, y luego construir en persona el resto de la relación, era una anécdota de rareza”, confiesa Karina Gidi, quien en la obra encarna a Paloma Rodríguez.
Hoy en día la plataforma ICQ, que fue pionera en la mensajería instantánea, ya está deshabilitada. Dejó de funcionar tras 27 años de existencia.
Lo paradójico de Instrucciones para volar es que, en lugar de envejecer, adquirió mayor relevancia. Lo que hace 25 años era “una rareza completa”, hoy es “el pan de cada día”. Las aplicaciones de citas, el enamoramiento virtual y las relaciones a distancia mediadas por la tecnología son ahora experiencias comunes para personas de todas las edades.
“Les decía: ‘Tengo un novio y se los voy a presentar’. Contestaban: ‘Esto es increíble’. Era una cosa realmente de llamar la atención”, explica Gidi sobre los orígenes del proyecto.
Al retomar la obra en 2025, Gidi y el director José Antonio Cordero —colaborador desde el estreno en 1999— enfrentaron el desafío de actualizar el texto. La protagonista, Paloma, ya no podía ser la veinteañera original.
“Tuvimos que ver cómo adaptar esto para que tuviera sentido con la realidad de quién soy ahora”, señala la actriz de 54 años. El proceso resultó fluido gracias a la complicidad creativa entre ambos: “Somos personas tan distintas y contradictorias, pero nos entendemos muy bien en el trabajo, nos respetamos mucho y nos queremos. En dos sentadas hicimos el ajuste del texto y lo demás fue fluyendo muy fácil”.
La mayoría de la obra se mantiene vigente, pero las modificaciones necesarias reflejan la madurez de quien narra la historia, sin perder la esencia del enamoramiento como experiencia universal.
Para la actriz, reconocida por interpretar personajes complejos y profundos en cine y series, este monólogo representa también un descanso personal. “Me siento orgullosa de haber hecho una carrera donde se me tiene por alguien valiente para enfrentar personajes que experimentan sufrimiento, pero también quiero recordarme a mí misma la capacidad de juego que tengo, la capacidad de broma y de sentido del humor”, añade.
Lejos de los rumores sobre un posible retiro a Xalapa —su ciudad natal donde reside su familia—, Gidi aclara que no piensa abandonar su carrera. “Esta carrera tiene la ventaja de que la puedes hacer hasta mientras te puedas mantener de pie”, afirma con humor. Si bien le gustaría pasar temporadas fuera de la Ciudad de México, que le resulta abrumadora, esto no significa alejarse de la actuación.
De hecho, 2025 está siendo un año prolífico para ella; hace poco estrenó Nadie nos vio partir en Netflix, igualmente está grabando otra serie para la misma plataforma (aún no autorizada para revelar), apareció recientemente como Elsa Bolaños en Chespirito, sin querer queriendo, y en marzo terminó de filmar la cinta Tiempo de jacarandas, ópera prima de Francisco Sánchez.
“Este año habré hecho teatro, cine y series, lo cual me hace feliz porque soy una actriz muy afortunada”, celebra.
Instrucciones para volar estará hasta el 2 de noviembre en el Foro La Gruta, en la Ciudad de México, con funciones los viernes a las 20:00 horas, así como sábados y domingos a las 18:00 horas. El diseño de escenografía es de Guillermo Méndez, el diseño de iluminación de Ingrid Sac, la música original es de Mariano Cossa, el diseño de vestuario corre por Mario Marín del Río, mientras que la interpretación de música en vivo está a cargo de Yurief Nieves. N