El gobierno indio anunció este miércoles la prohibición de los cigarros electrónicos en ese país donde viven 1,300 millones de personas, por motivos sanitarios y de lucha contra las adicciones, en el marco de la tendencia mundial contra el vaporeo.
“La decisión se tomó teniendo en cuenta el impacto que los cigarrillos electrónicos tienen hoy en día en la juventud”, declaró en una rueda de prensa la ministra de Finanzas, Nirmala Sitharaman. “Está de moda probarlos, utilizarlos”, añadió.
La orden del gobierno del primer ministro Narendra Modi prohíbe la producción, importación o exportación, transporte, almacenamiento y venta de cigarrillos electrónicos.
Una primera infracción se castigará con un año de prisión y/o 100,000 rupias (1,400 dólares) de multa. En caso de reincidencia serán hasta tres años y/o 500,000 rupias (6,900 dólares).
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Esta medida “mejorará la política de control del tabaco, dando mejores resultados en términos de salud pública”, afirma el gobierno en la cuenta Twitter de su servicio de prensa.
Las autoridades indias llevan a cabo grandes campañas de prevención sobre los daños físicos provocados por el tabaco, del que el gigante de Asia del sur es también paradójicamente un gran productor.
La Asociación de Vapeadores de India acusó al gobierno “de parecer más preocupado en proteger la industria del cigarrillo que en mejorar la salud pública”. Esta prohibición representa “un día negro para 110 millones de fumadores en India que fueron privados de opciones menos peligrosas”, señaló en un comunicado.
La prohibición de los cigarros electrónicos en India tiene lugar después de la prohibición del estado de Nueva York de comercializar cigarros electrónicos aromatizados, en la mira de las autoridades sanitarias estadounidenses.
Los cigaros electrónicos, considerados como “incontestablemente nocivos” en un reciente informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), funcionan al inhalar vapores creados por el calentamiento a alta temperatura de un líquido que contiene la mayor parte del tiempo nicotina.
Los cigarros electrónicos tienen una creciente popularidad desde su aparición hace más o menos una década.
El procedimiento es presentado por sus defensores como mucho menos peligroso para la salud que los cigarros tradicionales, pero legisladores y autoridades sanitarias del mundo entero temen que conduzca a los jóvenes a fumar tabaco.
Tercer productor de tabaco
La nueva prohibición de Nueva Delhi no se refiere sin embargo a los otros productos relacionados con el tabaco en India.
Según la OMS, India es el segundo más grande consumidor en el mundo de productos de tabaco, que mata en el país 900,000 personas cada año. Cerca de 275 millones de indios de más de 15 años, o sea 35% de la población adulta, lo consumen.
Masticar tabaco es en India más común que fumar cigarros, y menos caro. El vapeo es muy poco practicado.
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India es también el tercer productor mundial de tabaco, después de China y Brasil, y sus cultivadores representan un electorado clave para los partidos políticos.
Muchos rickshaws (transportes rústicos muy populares) de la capital Nueva Delhi llevan publicidad que llaman a apoyar los cultivadores indios de tabaco. Vendedores de cigarrillos y de “paan” (tabaco para masticar) de todos los gustos, y se encuentran en todas las esquinas.
La Asociación de cámaras de comercio y de industria considera que 45.7 millones de personas dependen del sector del tabaco en India.
India exportó por cerca de 1,000 millones de dólares tabaco hacia un centenar de países en 2017-2018. El gobierno posee también partes importantes, directa o indirectamente, en empresas del mundo del tabaco como ITC, uno de los más grandes productores de cigarros del país.
La prohibición de los cigarros electrónicos “es completamente absurda pues el gobierno considera que no hay ningún problema en fumar cigaros, que son mucho más dañinos para la salud que el vapeo”, declaró a la AFP Aronjoy, estudiante de 22 años y vapeador ocasional, quien se encontraba en una tienda de cigarros electrónicos en Nueva Delhi.