Lo que prometía ser una noche mágica al ritmo de “Fix You”, “Yellow” y “The Scientist” en el Gillette Stadium de Foxborough, Massachusetts, el pasado 16 de julio, terminó siendo el epicentro de un escándalo que sacudió al mundo corporativo y terminó por salpicar incluso a otra banda legendaria del Reino Unido: Oasis.
Mientras Coldplay ofrecía un emotivo show frente a miles de fanáticos, una de las tradicionales “kiss cam” del estadio —esas cámaras que enfocan a parejas en las pantallas gigantes para que se besen— capturó algo más que una escena romántica: reveló un supuesto affaire entre Andy Byron, CEO de la empresa de tecnología Astronomer, y Kristin Cabot, jefa de Recursos Humanos de la misma compañía. El detalle que convirtió la imagen en un fenómeno viral fue que ambos están casados… pero no entre sí.
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OASIS SE BURLA DEL HECHO EN CONCIERTO
Como contexto, en el momento en que fueron enfocados, Byron y Cabot, abrazados y visiblemente incómodos, intentaron evadir la cámara bajando la cabeza y saliendo del encuadre.
“Miren a estos dos… o están teniendo una aventura o son muy tímidos”, bromeó Chris Martin desde el escenario durante el recital en Boston.
La frase resonó más allá del estadio. El video fue compartido en redes sociales y rápidamente se viralizó, desatando una ola de especulaciones y memes.
La situación escaló tan rápido que incluso llegó a los oídos de Liam Gallagher, quien desde hace semanas recorre Europa con la gira Oasis Live ‘25 junto a su hermano Noel. Durante un show en el Heaton Park de Manchester el 20 de julio, el vocalista de Oasis lanzó una burla directa durante su presentación.
“¿Tenemos alguna pareja de enamorados por acá? No se preocupen, no tenemos esas cámaras de mier** como en Coldplay”, lanzó Noel Gallagher en su concierto en Manchester.
Las risas del público estallaron, y el músico remató uno de los hermanos Gallagher.
“No nos importa con quién estés intimando… no es asunto nuestro. Pero esta canción es para los enamorados”, dijo antes de interpretar “Slide Away”, según reportes virales en TikTok.
LOS EFECTOS DE LA KISS CAM
Lo que parecía una anécdota bochornosa terminó por tener consecuencias reales dentro de Astronomer, una firma con sede en Estados Unidos especializada en soluciones de datos e inteligencia artificial. A los pocos días del concierto, Andy Byron presentó su renuncia al cargo de CEO, misma que fue aceptada por el consejo directivo.
En un comunicado oficial difundido en LinkedIn, la compañía expresó: “Astronomer está comprometida con los valores y la cultura que nos guiaron desde nuestra fundación. Se espera que nuestros líderes marquen el estándar en conducta y responsabilidad, y recientemente ese estándar no se cumplió”.
Pete DeJoy, cofundador de la firma, asumió como CEO interino mientras la junta inicia la búsqueda de un nuevo director ejecutivo. La empresa reconoció que la visibilidad mediática de Astronomer “cambió de la noche a la mañana”, pero aseguró que sus servicios y productos “siguen siendo los mismos”: “Seguimos ayudando a nuestros clientes a resolver sus problemas más complejos en datos e inteligencia artificial”, concluyó el texto.
Este episodio ha puesto sobre la mesa el rol de los líderes corporativos en la era digital, donde la línea entre la vida privada y la pública es cada vez más difusa. La viralización de lo ocurrido en un espacio tan alejado de los contextos laborales —un concierto de Coldplay— y la rápida caída de un CEO consolidado, abren nuevas preguntas sobre la reputación empresarial, la exposición mediática y el poder de las redes sociales. N