El clima, la posición geográfica y las deficiencias en las políticas son algunos de los factores que explican el trágico equilibrio de las inundaciones en Texas, que han causado más de 100 muertos, incluidos varios niños.
Aquí un análisis de las fuerzas entrelazadas que amplificaron el impacto de esta catástrofe en ese estado del sur de Estados Unidos:
EL CALLEJÓN DE LAS INUNDACIONES REPENTINAS
La región texana de Hill Country se ubica en una zona conocida como el “callejón de las inundaciones repentinas”, según explicó Hatim Sharif, hidrólogo de la Universidad de Texas en San Antonio.
El aire cálido proveniente del golfo asciende por el escarpe de Balcones —una franja de colinas abruptas y acantilados que se curva hacia el suroeste desde Dallas—, se enfría y descarga torrentes sobre suelos delgados, que permiten que el agua llegue con rapidez al lecho rocoso. Luego, la escorrentía fluye por una red densa de arroyos.
“El nivel del agua puede subir con extrema rapidez, en cuestión de minutos u horas”, dijo Sharif a la AFP.
Las primeras horas del 4 de julio ofrecieron una muestra clara de este fenómeno. Alrededor de las 03:00 horas un medidor cercano al campamento Mystic, en Hunt, registró un aumento del río Guadalupe de casi 30 centímetros cada cinco minutos. Para las 04:30 horas el nivel del afluente ya había superado los seis metros, según los datos del Servicio Meteorológico Nacional de Estados Unidos (NWS). Esa cantidad de agua basta para arrastrar personas, vehículos e incluso edificaciones.
Poco después de la 01:00, el NWS emitió una alerta, aunque la mayoría de los campistas seguía dormida. El uso de teléfonos estaba prohibido y la cobertura en la zona resultaba limitada. Además, la oscuridad complicaba la identificación de rutas de evacuación.
En ese sentido, Sharif recomienda aplicar modelos de previsión hidrológica capaces de convertir las lluvias en estimaciones del nivel de los ríos.
“Las precipitaciones deben reflejarse en escorrentía. Si caen 25 centímetros, hay que anticipar lo que ocurrirá”, afirmó.
Durante años los campamentos de verano han atraído visitantes a la región por su belleza natural. Sin embargo, ante el aumento de los riesgos, Sharif advierte que resulta imprudente considerar estos espacios como seguros Y permanentes.
RECORTES DE PERSONAL EN LA ERA TRUMP
Una atmósfera más cálida retiene más humedad, lo que favorece los aguaceros. Según un nuevo análisis de ClimaMeter, las condiciones meteorológicas que precedieron a las inundaciones, en las que se registraron más del doble del promedio mensual de precipitaciones en un solo día, no pueden explicarse únicamente por la variabilidad natural.
“El cambio climático ya nos está afectando, así que tenemos que adaptarnos”, apuntó Mireia Ginesta, climatóloga de la Universidad de Oxford y coautora de la investigación, financiada por la Unión Europea y el Centro Nacional de Investigación Científica de Francia (CNRS).
“También tenemos que reducir nuestras emisiones y asegurarnos de que se proporcione la financiación adecuada a los servicios de previsión ya la investigación en general sobre el cambio climático”, añadió.
El llamado se produce cuando el servicio meteorológico, al igual que otras agencias, ha experimentado profundos recortes de personal bajo el gobierno del republicano Donald Trump. Expertos subrayan, sin embargo, que los meteorólogos del NWS se desempeñan “admirablemente” bajo las circunstancias.
INUNDACIONES EN TEXAS: “CINCO MINUTOS DE ESA SIRENA PODRÍAN HABER SALVADO A CADA UNO DE ESOS NIÑOS”
Durante años, los comisionados del condado de Kerr —el más afectado— analizaron la posibilidad de instalar sirenas de inundación y sistemas de alerta digital para sustituir el método informal mediante el cual el personal de los campamentos de verano se comunicaba por radio y avisaba a los demás albergues.
Las actas de una reunión realizada en 2016 revelan que los funcionarios consideraron incluso un estudio de viabilidad como una medida exagerada. Argumentaron que las sirenas beneficiarían sobre todo a los turistas y defendieron el sistema tradicional basado en el aviso verbal.
“El hecho de imaginar que nuestro hermoso condado de Kerr se llene de malditas sirenas sonando a mitad de la noche me obligará a volver a beber para soportarlo”, expresó el comisionado H.A. Buster Baldwin, según consta en una transcripción.
Después del desastre, Nicole Wilson —una madre de San Antonio que estuvo a punto de inscribir a sus hijas en el campamento Mystic— inició una petición en Change.org. En ella, pide al gobernador Greg Abbott que apruebe una red de alerta moderna.
“Cinco minutos de esa sirena podrían haber salvado a cada uno de esos niños”, declaró. N
(Con información de AFP)