Miles de palestinos se congregaron este martes en un nuevo centro de distribución de ayuda humanitaria en Rafah, al sur de la Franja de Gaza, provocando escenas de caos y tensión. El punto de entrega, operado por la recientemente creada Fundación Humanitaria de Gaza (GHF), cuenta con el respaldo de Estados Unidos e Israel, y fue establecido tras una parcial flexibilización del bloqueo total impuesto por Israel el pasado 2 de marzo.
Periodistas de AFP presentes en el lugar reportaron empujones, gritos y disparos de advertencia por parte del ejército israelí. La situación reflejó el desespero extremo de una población que lleva más de 90 días bajo sitio, con severas carencias de comida y medicinas.
ACUSACIONES CRUZADAS: GHF SEÑALA A HAMÁS DE OBSTRUCCIÓN
La Fundación Humanitaria de Gaza, registrada en Ginebra en febrero pero sin presencia oficial allí, acusó a Hamás de bloquear el acceso a centros de distribución, lo que habría generado retrasos en las entregas.
Sin embargo, el gobierno de facto del movimiento islamista respondió con dureza:
“El nuevo intento de Israel por distribuir ayuda ha fracasado estrepitosamente. Miles de personas hambrientas se abalanzaron sobre las áreas en una escena trágica y dolorosa”, señaló su oficina de prensa.
La alianza entre Israel y la GHF ha generado críticas por parte de la ONU y organizaciones humanitarias, que acusan a la fundación de actuar fuera del sistema establecido y con motivaciones políticas. Según estas entidades, la fundación está excluyendo a actores locales y suprimiendo principios humanitarios, todo mientras busca mantener la ayuda fuera del alcance de Hamás.
Este martes, la GHF reportó la entrega de 8,000 cajas de alimentos, equivalentes a unas 462,000 comidas. No obstante, las imágenes difundidas por medios internacionales muestran a personas cargando provisiones en condiciones caóticas, reflejo de una situación humanitaria insostenible.
“Las escenas en Rafah son desgarradoras”, expresó el portavoz de la ONU, Stéphane Dujarric, en nombre del secretario general António Guterres. “Tenemos un plan respaldado por los Estados miembros para hacer llegar la ayuda, basado en principios y operativamente viable”.
Estados Unidos, por su parte, respondió con firmeza a las críticas de la ONU, calificándolas como “el colmo de la hipocresía”. N
(Con imágenes de AFP)