En enero de 2025 el iceberg A-84, de un tamaño comparable al de Chicago (Estados Unidos) o Puebla (México), se desprendió de un enorme glaciar flotante unido a la capa de hielo de la Península Antártica. Sin embargo, lo más sorprendente no fue su separación, sino lo que los científicos encontraron bajo el área que ocupaba: un ecosistema marino próspero.
De acuerdo con Wired, el iceberg que abarcaba 510 kilómetros cuadrados, se desprendió debido al impacto del cambio climático. El descubrimiento fue realizado por un equipo internacional de investigadores a bordo del R/V Falkor, un barco del Schmidt Ocean Institute. Al tener la oportunidad de explorar una zona nunca antes visitada por humanos, los científicos modificaron su plan y se dirigieron al área que antes ocupaba A-84.
“Se sorprendieron al encontrar un ecosistema tan hermoso y próspero, ya que la vida en las profundidades marinas generalmente depende de los nutrientes de la superficie que flotan hasta el fondo marino, pero esta nueva área habría estado cubierta por hielo de 152 metros de espesor durante siglos”, refiere Newsweek.
Durante más de una semana los especialistas observaron el fondo marino, del cual alcanzaron profundidades de hasta 1,300 metros mediante el uso de un vehículo de control remoto, el ROV SuBastian. Entre sus registros destacan corales y esponjas que acumulan una gran variedad de especies marinas como dracos o peces de hielo, arañas marinas gigantes y pulpos.
“Basándonos en el tamaño de los animales, las comunidades que observamos han estado allí durante décadas, incluso cientos de años”, explica en un comunicado Patricia Esquete, científica y codirectora de la expedición.
UN NUEVO ECOSISTEMA MARINO: EL ICEBERG PERFILA NUEVAS EXPEDICIONES
Los datos de la expedición también sugieren una alta productividad biológica y un fuerte flujo del agua del descongelamiento de la plataforma de hielo, conocida como George VI. La plataforma de hielo Jorge VI es la segunda más grande de la Península Antártica. En el verano 2019-2020 experimentó un derretimiento considerablemente mayor que en las 31 temporadas anteriores, según la NASA.
Esta capa de hielo, de la que se desprendió el iceberg del tamaño de Puebla, se ha ido reduciendo durante décadas debido al cambio climático y está contribuyendo al aumento del nivel del mar en todo el mundo.
“Nuestro trabajo es fundamental para brindar un contexto a largo plazo de estos cambios recientes y mejorar nuestra capacidad de realizar proyecciones de cambios futuros; temas que puedan fundamentar políticas viables”, afirma Sasha Montelli, científica y codirectora de la expedición.
En contexto, la expedición fue parte del Desafío Cooperativo Global 150, respaldado por la Comisión Oceanográfica Intergubernamental de la Unesco, como una Acción del Decenio de los Océanos. N
(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek)