Con medio cuerpo sumergido en el río Negro de la Amazonia brasileña, Luiz Felipe se abraza a un delfín rosado y pide: “¡Sáquenme una foto!”. El animal se deja tocar y el joven sonríe. ¿En qué consiste la denominada “bototerapia”?
Luiz Felipe, de 27 años, tiene síndrome de Down y es uno de los pacientes que llegaron la semana pasada a Iranduba, en el estado de Amazonas, para la primera sesión de 2025 de una terapia alternativa con delfines que desde hace casi dos décadas ayuda a personas con discapacidad.
“Es un tratamiento complementario que no reemplaza a otros: una alternativa no convencional para niños y jóvenes que les trae ánimo, contacto con la naturaleza y una fuerza que no encuentran en ambientes hospitalarios”, explica el fisioterapeuta Igor Simoes Andrade, de 49 años, creador de la ‘bototerapia’ (delfinoterapia).
Las sesiones gratuitas —financiadas con apoyos de patrocinadores— se practican desde 2006 y desde entonces se han beneficiado a unas 400 familias de jóvenes con autismo, parálisis cerebral y síndrome de Down, entre otras condiciones.
Aunque las terapias con animales existen en varios países, Simoes asegura que su técnica con delfines libres y en estado natural es “la primera en el mundo”. Luiz Felipe llegó a Iranduba junto a sus tutores del hogar Moacyr Alves, que acoge a personas con discapacidad en la capital estatal, Manaos.
“La experiencia también les trae beneficios sociales a los chicos, por el contacto con personas que no pertenecen a su realidad”, dice la neuropedagoga Hannah Fernandes.
Antes de entrar al agua, Luiz Felipe y otras dos jóvenes que viven en el hogar, Caroline y Silvia, hacen ejercicios de respiración y yoga bajo la guía de Simoes, que busca relajarlos para el contacto con los delfines.
LOS BENEFICIOS DE LA BOTOTERAPIA
La “bototerapia” se realiza con autorización del Instituto Brasileño de Medio Ambiente y Recursos Naturales Renovables (Ibama), un órgano público de control ambiental.
“Esta vez pudo vencer el miedo de entrar al agua, la primera vez que participó no se había animado”, dice Fernandes sobre Luiz Felipe, a quien se ve confiado dentro del río.
Con salvavidas puestos, los jóvenes se desplazan en el agua mientras los delfines nadan entre sus piernas y salen a flote para recibir atención humana. Según Simoes, la “bototerapia” ayuda en aspectos como “el equilibrio, el fortalecimiento de la columna vertebral y la psicomotricidad”.
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Estos beneficios se deben a que “las personas necesitan emociones ligadas a la integración con la naturaleza” y eso les permite mejorar. “Aquí no tratamos patologías sino seres humanos”, destaca el fisioterapeuta. N
(Con información de AFP)