En los últimos años, cada vez más mexicanos me preguntan si tener un departamento en Estados Unidos es suficiente para conseguir una visa de inversionista y mudarse allá. Lamentablemente, la respuesta es no. Pero eso no significa que no existan opciones viables para quienes desean invertir y construir una nueva vida en ese país. Dos caminos claros son la visa EB-5 y la E-2, cada una con sus particularidades y ventajas. En esta columna te explico en qué consiste cada uno de ellos.
Si tienes los recursos para hacer una buena inversión, la visa EB-5 puede ser tu mejor aliada. Este programa, creado en 1990, busca incentivar la economía estadounidense mediante la creación de empleos y la inyección de capital extranjero. ¿El beneficio principal? Obtener la tan anhelada “Green Card” para ti, tu cónyuge y tus hijos solteros menores de 21 años.
El requisito más importante es el monto de inversión: 800 mil dólares si eliges un proyecto en un Área de Empleo Dirigido (zonas con alta tasa de desempleo o rurales), o de un millón 50 mil si el proyecto está en una zona distinta. Además, tu inversión debe generar al menos 10 empleos de tiempo completo. Y, claro, los fondos tienen que ser de origen legal.
Un ejemplo interesante de este tipo de proyectos es el Riverside Wharf en Miami, una gran obra de $300 millones que combina un hotel de lujo, restaurantes y espacios de entretenimiento frente al agua. Este tipo de desarrollo abre puertas para quienes buscan ser parte del sueño americano en todo su esplendor.
Por otro lado, si lo tuyo es arrancar con algo más modesto o mantener cierta flexibilidad, la visa E-2 podría ser lo que necesitas. Esta opción está disponible solo para ciudadanos de países con tratados comerciales con Estados Unidos, como México. A diferencia de la EB-5, la E-2 es una visa de no inmigrante, pero permite vivir y operar un negocio en Estados Unidos mientras la mantengas vigente.
Inversión a través de franquicias
La clave para calificar está en realizar una inversión sustancial, suficiente para que el negocio sea rentable y genere empleos. No basta con comprar una propiedad y alquilarla; el negocio tiene que estar activo y operando. Un modelo muy popular para este tipo de visas son las franquicias, que ofrecen estructuras probadas y reducen riesgos. Y no, no solo hablamos de cadenas de comida rápida; hay franquicias exitosas en tecnología, servicios para el hogar y hasta cuidado de mascotas.
Para los emprendedores mexicanos, la E-2 ofrece, claro, una gran oportunidad de aprovechar su experiencia y expandir su presencia en uno de los mercados más competitivos del mundo.
Ambas visas ofrecen oportunidades reales para quienes desean emigrar e invertir en Estados Unidos, pero requieren planificación y asesoramiento (con todo gusto nosotros podemos apoyarte en ello). La EB-5 es ideal si buscas residencia permanente y puedes comprometer un capital importante. La E-2, en cambio, es perfecta para emprendedores que quieren empezar de forma más accesible y con flexibilidad.
Más allá de los requisitos legales, como ves, estas opciones representan algo más que un cambio de residencia: son una manera de construir un futuro en una de las economías más potentes del mundo. En el caso de los mexicanos, cuya comunidad en el país vecino supera los 37 millones de personas, son además especialmente atractivas, pues nuestro país es uno de los principales socios comerciales de Estados Unidos.
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Héctor Alcázar Córdova, LATAM México y
CEO de Alcázar & Compañía