Un montón de cráneos encontrado en el centro de un pueblo prehistórico reveló un inusual ritual asociado con los difuntos, el cual parece haber perdurado durante siglos, según un nuevo estudio.
El artículo analiza una investigación en el sitio de Masseria Candelaro, en el sureste de Italia. Este se ocupó por primera vez a principios del siglo VI a.C., aproximadamente al comienzo del periodo Neolítico de la región.
“Investigamos Masseria Candelaro porque estamos estudiando cómo la gente prehistórica interactuó con los muertos entre el Neolítico y el final de la Edad del Bronce en Italia”, explicó a Newsweek el autor principal del estudio, Jess Thompson, de la Universidad de Cambridge, Reino Unido.
Y agregó al tema: “Masseria Candelaro es un yacimiento importante, ya que se encuentra en una región del sudeste de Italia que estuvo densamente ocupado desde principios del Neolítico. Era un gran poblado que se habitó durante al menos medio milenio y hacia el final de su uso estaba reservado principalmente para entierros”.
Los sitios circundantes en el área presentan una intrigante variedad de prácticas funerarias entre aproximadamente 6000 y 5000 a. C., lo que sugiere diversos ritos para recordar, llorar y disponer de los muertos.
“En la cueva Scaloria, que está bastante cerca, una gran cantidad de fragmentos desarticulados presentaron marcas de corte muy finas causadas por la eliminación de las últimas tiras de tejido blando, y también hay evidencia de descarnación, así como de extracción de huesos de entierros en el cercano pueblo de Passo di Corvo”, dijo Thompson.
Pero los habitantes del Neolítico de Masseria Candelaro parecen haber depositado huesos de cráneo rotos (cráneos y mandíbulas) de varios individuos en un montón, en el centro del pueblo en una intrigante tradición ritual, según el estudio.
LOS CRÁNEOS USADOS PARA EL RITUAL INUSUAL ERAN EN SU MAYORÍA DE VARONES
Los autores revelan que la mayoría de estos individuos probablemente eran varones, recolectados durante dos siglos, utilizados de manera activa, y cuyo entierro representa la disposición final de una colección ritual.
El conjunto de cráneos se descubrió originalmente por arqueólogos durante excavaciones que tuvieron lugar entre los años 1980 y 1990. Estudios anteriores habían estimado la edad y el sexo de estos restos y sugirieron que representaban al menos una docena de individuos.
Sin embargo, las últimas investigaciones han aumentado este número a al menos 15 individuos. Al tiempo que revelan información sobre de dónde podrían haber venido las personas y cuánto tiempo llevó reunir los cráneos. Además de cómo podrían haber sido recuperados e interactuado con ellos antes de ser enterrados como parte de esta colección. El estudio implicó un examen de los propios fragmentos de hueso, que develó, entre otros hallazgos, que probablemente se habían roto algún tiempo después de la muerte.
El equipo también realizó un “análisis de isótopos estables” de los huesos. Los isótopos son átomos del mismo elemento que tienen el mismo número de protones, pero un número diferente de neutrones. Diferentes plantas y animales tienen firmas isotópicas distintas. Al analizarlas, los investigadores pueden determinar qué tipos de alimentos consumían las personas o los animales en el pasado.
EL PERIODO NEOLÍTICO
En este caso, el análisis se utilizó para evaluar si los individuos representados por los huesos del cráneo provenían de una zona costera o de una zona más interior. Los resultados indicaron que las personas probablemente provenían de la zona local del interior.
Finalmente, los investigadores realizaron trabajos de datación por radiocarbono en algunos de los restos, combinándolos con información de la estratigrafía (la secuencia de enterramiento) y fechas de otros materiales encontrados en la zona.
Esto reveló que el depósito de los huesos del cráneo tuvo lugar a mediados del sexto milenio a. C. y que los restos corresponden a personas que murieron en un periodo de dos siglos. Esto indica que los huesos se juntaron a lo largo de varias generaciones (quizás de seis a ocho). Esto antes de ser colocados en el montón a un ritmo posible, en promedio, de un cráneo cada década aproximadamente.
Según Thompson, la naturaleza del escondite de cráneos es “única” en la Italia Neolítica por dos razones principales: en primer lugar, el número de individuos representados es particularmente alto y, en segundo lugar, se colocaron en un espacio de asentamiento reutilizado.
“El hallazgo más sorprendente fue el largo periodo durante el cual estuvieron conservados, Dado que la mayoría de los cráneos fueron colocados simultáneamente en un solo evento, es intrigante que las dataciones de radiocarbono de solo tres de los cráneos muestren que fueron extraídos de personas que habían muerto en un lapso de hasta dos siglos”, apuntó.
Y añadió: “Esto sugiere que los cráneos habían estado en circulación sobre la tierra durante mucho tiempo, y algunos incluso pueden haber sido tomados de enterramientos que ya eran antiguos. No hay evidencia específica sobre lo que la gente podría haber estado haciendo con los huesos que conservaron, pero es posible que hayan sido exhibidos”.
CRÁNEOS PARA EL RITUAL: LOS RESTOS DE LOS ANTEPASADOS NO SE TRATARON CON CUIDADO
En un puñado de pueblos de las zonas aledañas se encontraron huesos humanos depositados en el lugar y en un par de pueblos cercanos se encontraron fragmentos craneales enterrados alrededor de las chozas.
“Todo esto se suma para sugerir que a veces grupos de cráneos podrían haber permanecido en ciertas áreas de las aldeas cuando estaban en uso y, o bien se exhibían o se ocultaban a la vista”, dijo.
En esta región, la extracción de cráneos de los enterramientos parece que fue relativamente común durante el Neolítico. Se presume que se hacían circular, se manipulaban y, en ocasiones, se depositaban de nuevo.
“Una vez recolectados, estos cráneos fueron utilizados; sus extensas roturas y desgaste muestran que fueron manipulados con frecuencia, tal vez pasados regularmente entre miembros del grupo y casas”, escribieron los autores en el estudio.
En Candelaro parece que los restos de los antepasados no se trataron con cuidado. Al contrario, fueron utilizados activamente con poca preocupación por su conservación. N
(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek)