La carne es un alimento que nos aporta muchos nutrientes si la consumimos correctamente. Es una fuente de vitamina B12, que nos ayuda a metabolizar proteínas, a formar glóbulos rojos y a darle mantenimiento al sistema nervioso central. Ahora un nuevo mapa creado por Newsweek destaca los países que comen más carne, precisando cómo varía el consumo en cada región.
La cantidad de carne que comen los distintos países varía enormemente dependiendo de las preferencias alimentarias, los valores religiosos y culturales. A tenor de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), World Population Review compiló su clasificación de los países que consumen más carne per cápita, que se observa en un mapa de Newsweek.
Hong Kong, con 136.31 kilogramos de carne per cápita, es el país que consume más este alimento anualmente a nivel mundial. Sus ciudadanos tienen una predilección particular por la carne de cerdo y de pollo, que representan más del 80 por ciento de la carne que consumen, ya que son un alimento básico de la cocina cantonesa.
Además de ser el mayor amante de la carne, Hong Kong también consume más carne de cerdo que cualquier otro país, con 55.24 kilogramos per cápita al año. Israel es el país que más carne de ave come, con 64.9 kilogramos, mientras que los habitantes de Kazajstán son los que más carne de cordero consumen, con 8.5 kilos per cápita al año.
LA PASIÓN DE HONG KONG POR LA CARNE
Sin embargo, según un estudio de 2018 del Departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Hong Kong, su pasión por la carne es la principal causa de las emisiones desproporcionadamente altas de gases de efecto invernadero de la ciudad-estado.
Los autores describieron cómo modificar la dieta rica en carne de Hong Kong a una “conforme a las directrices nutricionales gubernamentales” podría resultar en una reducción del 67 por ciento en las emisiones relacionadas con el ganado y contribuir a que el país alcance los objetivos establecidos en su Plan de Acción Climática 2030.
En tanto, Estados Unidos ocupa el segundo lugar del mapa, al consumir 128.63 kilos per cápita al año. Pero su posición en la lista no es sorprendente, dado que la ingesta calórica diaria per cápita del país (3.911 kilos) es mayor que la de cualquier otro país, según la organización de investigación Out World in Data, con sede en la Universidad de Oxford.
A Estados Unidos le siguen de cerca Australia, con 121.53 kilogramos per cápita, y Mongolia, con 111.56 kilogramos. Según el World Population Review, Argentina consume 110.16 kilogramos per cápita al año, lo que la coloca en el quinto lugar del mundo en cuanto a consumo total de carne. El país consume más carne de res que cualquier otro y sus filetes son ampliamente reconocidos como unos de los mejores del mundo. Sin embargo, la inflación de tres dígitos, la recesión y la creciente pobreza han obligado a los argentinos a controlar su amor por la carne de res.
EL CASO DE ARGENTINA EN EL MAPA DE CONSUMIDORES DE CARNE
A tenor del foro económico de la Bolsa de Comercio de Rosario, se proyecta que el consumo de carne vacuna de Argentina en 2024 caerá a su nivel más bajo desde que comenzaron los registros en 1914.
Las vastas praderas de Argentina ofrecen un entorno ideal para la cría de ganado, pero su sector ganadero también está afectando las ambiciones de neutralidad de carbono del país y sus perspectivas económicas.
En junio, el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina promulgó un nuevo sistema de certificación para garantizar que toda la carne vacuna exportada desde el país se produzca sin deforestación.
Esto se produce en previsión de una nueva regulación de la Unión Europea (UE), que entrará en vigor en diciembre y que exigirá que todos los productos consumidos en el mercado de la UE se produzcan de manera sostenible.
Este análisis basado en mapas del consumo mundial de carne no solo destaca las preferencias alimentarias regionales, sino que también plantea importantes cuestiones sobre la sostenibilidad y el futuro de los alimentos. Mientras el mundo se enfrenta al cambio climático y la degradación ambiental, comprender y modificar potencialmente los patrones de consumo de carne podría desempeñar un papel crucial para mitigar los daños. N
(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek).