Incontables palabras tienen sus orígenes en lenguas antiguas como el sánscrito y las lenguas germánicas. Por ejemplo, muchos términos en inglés provienen del latín y el griego. Pero, ¿cómo hace nuestro cerebro para entender estas palabras y otorgarles un significado? Por primera vez los científicos identificaron células cerebrales individuales vinculadas a la esencia lingüística de una expresión, gracias a mapas ultradetallados de personas.
“Al espiar el cerebro de personas vivas los investigadores crearon el mapa de mayor resolución hasta ahora de las neuronas que codifican los significados de varias palabras. Los resultados indican que, en todos los individuos, el cerebro utiliza las mismas categorías estándar para clasificar las palabras, lo que nos ayuda a convertir el sonido en sentido”, refiere el estudio publicado en Nature.
Aunque la investigación se basa únicamente en palabras en inglés, es un paso más en el camino hacia la comprensión de cómo el cerebro almacena los términos en su biblioteca lingüística, afirma el neurocirujano Ziv Williams, del Instituto Tecnológico de Massachusetts en Cambridge.
De acuerdo con el artículo, la zona del cerebro llamada corteza auditiva procesa el sonido de una palabra cuando entra en el oído. Pero es la corteza prefrontal del cerebro, una región donde tiene lugar la actividad cerebral de orden superior, la que determina el “significado semántico”. Para el estudio, Williams y sus colegas reclutaron a diez personas que estaban a punto de ser sometidas a una cirugía por epilepsia, a cada una de las cuales se les habían implantado electrodos en el cerebro para determinar el origen de sus ataques.
“Los electrodos permitieron a los investigadores registrar la actividad de alrededor de 300 neuronas en la corteza prefrontal de cada persona; mientras los participantes escuchaban varias frases cortas que contenían un total de unas 450 palabras, los científicos registraron qué neuronas se activaban y cuándo”, añade la revista académica Nature.
¿EL SIGNIFICADO DE LAS PALABRAS ACTIVAN LAS MISMAS NEURONAS?
Williams afirma que se activaron unas dos o tres neuronas distintas con cada palabra. Sin embargo, el equipo registró solo la actividad de una pequeña fracción de los miles de millones de neuronas de la corteza prefrontal. Acto seguido, los investigadores analizaron la similitud entre las palabras que activaban la misma actividad neuronal.
A tenor del estudio, se descubrió que las palabras que el cerebro podría asociar entre sí, como “pato” y “huevo”, activaban algunas de las mismas neuronas. En tanto, los términos con significados similares, como “ratón” y “rata”, activaban patrones de actividad neuronal que eran más similares que los patrones activados por “ratón” y “zanahoria”, por ejemplo.
“Las neuronas de la corteza prefrontal no distinguían las palabras por sus sonidos, sino sólo por sus significados. Cuando una persona escuchaba la palabra ‘hijo’ en una frase, por ejemplo, se iluminaban las palabras asociadas con los miembros de la familia. Pero esas neuronas no respondían a la palabra ‘sol’ en una frase, a pesar de que esas palabras tenían un sonido idéntico”, apunta Ziv Williams.
Finalmente, los investigadores pudieron determinar lo que las personas estaban escuchando o viendo, por cómo se activaban sus neuronas. Aunque no pudieron recrear oraciones exactas, pudieron establecer, por ejemplo, que una oración contenía un animal, una acción y un alimento, en ese orden. N