En la industria tecnológica, hay personas que tienen una habilidad especial: la capacidad de ver el futuro. Y no necesariamente porque sean videntes, sino porque deben analizar qué rumbo tomaremos como humanidad. Qué tipo de herramientas necesitaremos, hacia dónde gravitarán industrias enteras, y cómo podemos cambiar nuestro entorno para tener una mejor calidad de vida para, en última instancia, ser más felices. Y sí, tal vez haya algo de intuición en ello, pero también hay mucha inteligencia, datos, y trabajo en equipo.
Luis Vargas, vicepresidente de Inteligencia Artificial (IA) en Microsoft, es un ejemplo destacado de ello. El ingeniero mexicano se graduó de la carrera de Ingeniería en Sistemas Computacionales del Instituto Tecnológico de Celaya, en el estado de Guanajuato, llegando tan lejos como Essex yCambridge en Inglaterra durante su trayectoria académica. Hoy es parte de la revolución de la IA en la empresa considerada punta de lanza a nivel global. Está convencido, además, de que “La IA es una herramienta, la herramienta más poderosa creada por los humanos.”
En una conversación con Newsweek en Español América, Vargas comparte sus ideas sobre el enorme potencial que tiene IA como un agente transformador en distintos ámbitos -particularmente en la educación-; sobre la inclusión que debe existir tanto en la creación como en el uso de la tecnología; y sobre la filosofía y la dinámica de trabajo en un gigante como Microsoft.
SENTANDO LAS BASES PARA UN FUTURO INTELIGENTE
Al igual que muchos niños, el interés de Luis en la tecnología comenzó en su infancia, cuando descubrió los videojuegos, en su caso, a la corta edad de cuatro años. “Siempre tenía la curiosidad de cómo funcionaban los videojuegos, y pensé que sería más interesante crearlos que jugarlos. En la secundaria fue cuando empecé a usar computadoras y a programar cosas más simples, en lenguajes como Basic o Logo, y pensé ‘esto es lo mío’”, recuerda. Vargas se describe a sí mismo como una persona que siempre ha sido lógica, y lograr que una computadora tradujera instrucciones en acciones se alineaba con su manera de pensar.
Mas tarde, en el Instituto Tecnológico de Celaya, se especializó en el manejo de bases de datos, y todo lo que tenía que ver con ordenar, almacenar y consultar información. Y aunque quería regresar al continente americano -a Estados Unidos, en particular, donde sabía que estaban las empresas más grandes de tecnología-, se aventuró a Inglaterra, para obtener un doctorado en informática de la Universidad de Cambridge. “Mi especialidad fue en cómo hacer que grupos de bases de datos, grupos de almacenamiento, pudieran compartir información entre ellos. Esto fue hace 18 años. El tiempo pasa de volada.”
Las ofertas de trabajo no tardaron en llegar. Luis, fiel a su visión, decidió que Microsoft era el lugar correcto para aplicar los conocimientos que hasta entonces había adquirido. En esa etapa de su carrera su misión era lograr que las personas obtuvieran los mejores resultados con el menor esfuerzo posible a través de herramientas que simplificaran su labor diaria. “Mi inspiración tiene que ver con las personas,” afirma. “Al final las empresas son grupos de personas, entonces tienes que apoyar a que cada una encuentre su misión y logre sus metas eliminando los aspectos repetitivos, para que se puedan enfocar en lo que disfrutan de su trabajo. Porque si disfrutas tu trabajo vas a ser capaz de poner más empeño y esfuerzo. Para mí el aspecto principal es cómo ayudar a que las personas lleguen a cumplir su misión con la mayor efectividad, y finalmente felicidad… cómo encuentras la felicidad en lo que haces.“
“Microsoft y el equipo de base de datos, el SQL Server en ese entonces, estaban ya alineados con eso,” detalla. “Era la base de datos que más estaba creciendo”. Como manager del programa, lo llevaría aún más lejos para 8 años después convertirse en asesor técnico de Kevin Scott, el Chief Technology Officer (CTO) de la compañía quien es considerado un gurú del big tech.
Como su mano derecha, le ayudó a Scott a establecer la visión y dirección de las oportunidades estratégicas a mediano y largo plazo para Microsoft, con una visión de 3, 4 o 5 años hacia el futuro. “Kevin es una persona muy abierta, muy auténtica. Lo que dice allá afuera es realmente lo que piensa aquí adentro”, confirma. “A los cuatro o cinco meses de trabajar juntos estábamos platicando, y me dijo ‘yo creo que el futuro de la compañía es la IA, y eso es en lo que quiero que nos enfoquemos’”. Y eso hicieron.
Desde el primer día, asegura, la estrategia se basó en un genuino deseo compartido por usar la tecnología, particularmente la IA, para ayudar a personas y organizaciones en todas partes. “Creo que ambos somos muy pragmáticos, por lo que nuestras conversaciones normalmente se centran en identificar los principales problemas, así como oportunidades, y luego definir planes concretos para ejecutarlos”, cuenta el directivo.
Así, el equipo liderado por Scott sentó las bases para la infraestructura de IA, que más adelante abriría un mundo nuevo de posibilidades. Para su asesor, hoy estamos en el comienzo de una curva exponencial de aumento de la capacidad de la IA, y tiene esperanza de que habrá un aumento correspondiente en el impacto positivo en la sociedad.
¿CUÁNTO TARDA UNA TORTUGA EN CRUZAR LA MURALLA CHINA?
“Hay ciertas áreas en las que estoy apasionado ahora, independientemente de lo que estamos haciendo para las empresas”, relata emocionado el VP. La educación es una de ellas, pues sus padres le inculcaron que ésta sería su única y más importante herencia. “Para mí la educación siempre ha sido una forma de cumplir mis metas y de conocer el mundo”, reflexiona.
En este ámbito particular, Vargas no solo tiene un enfoque teórico, sino que lo vive diariamente con sus pequeñas hijas, especialmente la que tiene cinco años. “Tiene preguntas todo el tiempo. Está aprendiendo sobre China, y me preguntó, ‘¿cuánto tiempo le toma a una tortuga ir por toda la Muralla China?’. Ya sabes”, dice entre risas, “te pone a prueba como papá. Obviamente podía ir a buscar la información, pero le pregunté a Copilot -el asistente de IA de Microsoft-, y le hice la pregunta en español, y me dijo el número, creo que eran 70 años o algo así”, platica.
“Imagínate tener acceso a toda esa información a los cinco años. En mi tiempo tenías que ir la librería a ver que te encontrabas, y los libros se quedaban atrás porque el conocimiento humano va cambiando, entonces a lo mejor había uno que tenía tres, cuatro, cinco años de antigüedad, y en base a eso construías tu información y lo que aprendías. Hoy cualquier niño de cualquier edad puede pedirle soluciones y opiniones a Copilot. La gente va a ser capaz de aprender de cualquier tema, y la inteligencia artificial será capaz de educar y explicar”.
Esta es una de las directrices de Khan Academy, un proyecto sin fines de lucro cuya misión es proveer educación de clase mundial de forma gratuita y en línea. Gracias a una alianza anunciada recientemente con Microsoft, el equipo de IA convertirá el poder transformativo de la tecnología en una realidad para millones de maestros y estudiantes que utilizan la plataforma. En un primer esfuerzo, están ayudando a los docentes a diseñar un currículo que responda a las necesidades de los estudiantes en la actualidad.
“Pensamos en lo que vamos a enseñarles a los alumnos, y de qué forma, en base en el mundo real, para que estén más interesados. Entonces podemos explicar la teoría de la relatividad de una forma entendible, relacionándola con videojuegos o con la cultura pop”, ejemplifica. La idea: que todos puedan tener un mentor de IA en su bolsillo, capaz de explicar cualquier cosa.
“En todos los rincones del mundo, alumnos desde preescolar hasta doctorado podrán aprender sobre temas como energía nuclear. [La IA] lo va a explicar al nivel que lo necesiten, y de 100 formas diferentes”, afirma ilusionado el ingeniero mexicano.
DEL “SABERLO TODO AL “APRENDERLOTODO”
La inteligencia artificial también tiene la capacidad de “aprender”, pues nace de las mentes de los programadores, pero también se retroalimenta a partir de la experiencia de los usuarios. En ese sentido, la inclusión es un tema de discusión importante que hay que poner sobre la mesa en el contexto de la revolución de la IA, pues la representación -de las mujeres, de la comunidad hispana, de las personas con discapacidades, y un sinfín de grupos minoritarios- importa.
Para Vargas, una característica primordial es que las herramientas hablen en distintos idiomas. Hay procesos que en sí mismos son complicados, y el lenguaje puede ser una barrera importante en el acceso a la tecnología. Y esto es clave para abordar problemas como sesgos algorítmicos y para que todos participemos en el desarrollo de la IA. “Lo más importante es que las herramientas estén disponibles para todo el mundo, y si hay algo que no te funciona ahí mismo [puedes] decirle a la herramienta ‘esto no me gusto, creo que la respuesta puede ser mejor’. Solamente utilizándolas y proporcionando feedback es que nosotros podemos asegurarnos que estas herramientas se adapten mientras evolucionan”, afirma.
Además, dentro de la compañía hay un grupo de profesionales que están pensando no solo en el potencial de la aplicación de la IA en distintas áreas, sino de su uso responsable. “Este grupo tiene representación de diferentes tipos de personas, y hay gente latina también. Y hablamos sobre el futuro [de la IA], porque si esta es la herramienta más poderosa que hemos desarrollado, es importante de la usemos de forma responsable y que evitemos que haya entidades malas que las utilicen de alguna forma que no traiga beneficio a la humanidad”, señala el directivo.
La inclusión permea desde los más altos niveles de la compañía, pues su CEO, Satya Nadella, ha hecho esfuerzos importantes por crear una cultura en la que se valoran las opiniones de todos. “Satya ha transformado Microsoft de más maneras de las que tendría tiempo de contar. Ha cambiado la cultura para adoptar una mentalidad de crecimiento, evolucionando de un entorno de “saberlo todo” a uno de “aprenderlo todo”. Las ideas y perspectivas son valoradas y respetadas, independientemente de quién las proponga”.
Ese es el componente humano que debe funcionar como un pilar del desarrollo en el mundo digital. “La misión de la empresa, que es empoderar a todo ser humano y a toda una empresa, es cada vez más claro”, concluye el entrevistado.
EL ENFOQUE ESTA EN LO HUMANO
Aún cuando él mismo está inmerso en el desarrollo de las tecnologías, Luis Vargas se sorprende de la velocidad de los avances que se han observado en los últimos años. “Cuando yo empecé en este sector necesitabas un doctorado y tener años de experiencia para poder utilizar estas herramientas”, admite. “Lo que hemos tratado de hacer es traer ese beneficio a la mayor cantidad de gente posible, como con la IA generativa. Por primera vez estas herramientas de inteligencia artificial hablan nuestro lenguaje. Tienen la capacidad de entender lo que necesitamos, y resolverlo.“
“La influencia de Microsoft en la sociedad es multifacética, con muchos productos y programas que contribuyen positivamente“, comenta Vargas al finalizar nuestra entrevista. “Estoy increíblemente emocionado por como se materializará ese impacto en los próximos años.”