Una morsa hallada muerta el verano pasado en el archipiélago noruego de Svalbard en el Ártico falleció a causa de la gripe aviar, afirmó este lunes 29 de abril un investigador noruego, en el primer caso registrado en ese mamífero.
Una muestra tomada a la morsa que yacía en la isla de Hopen reveló después de análisis en un laboratorio alemán que el animal resultó contaminado por el virus, informó Christian Lydersen, investigador del Instituto polar noruego.
“Es la primera vez que la gripe aviar se registra en una morsa”, resaltó.
Sin embargo, la muestra recogida era muy pequeña para determinar si se trataba del subtipo H5N1 o H5N8. Media docena de morsas muertas fueron señaladas el año pasado en Svalbard, situado a unos 1,000 kilómetros del polo norte.
“No es improbable que algunos de esos animales contrajeron la gripe aviar”, señaló Christian Lydersen.
Las morsas, cuyo peso puede llegar hasta dos toneladas, se alimentan de moluscos, mariscos y crustáceos, y a veces de aves marinas. El investigador insistió en la importancia de seguir la evolución de la situación, pues las morsas tienen la costumbre de congregarse a medida que la banquisa se derrite al comienzo del verano.
LOS OSOS POLARES ESTÁN EN RIESGO SI COMEN EL CADÁVER DE UNA MORSA CON GRIPE AVIAR
Además, hay riesgos de contaminación para los osos polares si comen del cadáver de una morsa infectada, subrayó Lydersen. De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la gripe o influenza aviar es una enfermedad infecciosa que principalmente afecta a las aves y que es causada por un virus de la familia Orthomyxoviridae.
Según su subtipo, puede clasificarse como de baja patogenicidad o altamente patógena, presentando diferentes síntomas en las aves infectadas. El virus de la influenza aviar de baja patogenicidad puede causar una enfermedad leve, que puede pasar desapercibida o sin la presencia de síntomas.
El virus de la influenza aviar altamente patógeno, principalmente por los subtipos (H5 y H7) del tipo A, causa una enfermedad grave en las aves que puede propagarse rápidamente, produciendo altas tasas de mortalidad en diferentes especies.
“La mayoría de los virus influenza que circulan en aves no son zoonóticos. Sin embargo, algunas cepas de la influenza aviar altamente patógena tienen la capacidad de infectar a los seres humanos, representando una amenaza para la salud pública”, refiere la OPS en un artículo.
La gripe aviar ya provocó la muerte de un oso polar en Alaska, según las autoridades estadounidenses, y miles de mamíferos marinos murieron a causa de ese virus en Sudamérica, según el Comité Científico de Investigación Antártica. N
(Con información de AFP)