La lucha contra el mosquito tigre será un “deporte de combate” en los Juegos Olímpicos de París 2024. Los fabricantes ya están en primer línea instalando sus trampas, una alternativa a los insecticidas para un insecto que ahora juega en casa.
El mosquito tigre —vector del virus del dengue que provoca una fiebre brutal y cuya incidencia se dispara en Brasil y la Guayana Francesa— será persona non grata en los Juegos Olímpicos, previstos del 26 de julio al 11 de agosto.
Las autoridades sanitarias incluyeron las arbovirosis, enfermedades transmitidas por este insecto (dengue, chikungunya y zika), entre los riesgos infecciosos “tenidos en cuenta” en la cartografía de riesgos sanitarios.
El objetivo es “reforzar el seguimiento y la vigilancia”, de cara a este gran evento deportivo que debe acoger a unos 10 millones de espectadores de todo el mundo. Francia registró 45 casos de dengue en 2023, causados por la transmisión del virus.
“Cuando uno está enfermo de dengue, no salta la valla. Las sedes olímpicas y, en particular la Villa Olímpica, deben ser ‘mosquito free'”, es decir, sin mosquitos tigre, recomienda el entomólogo Didier Fontenille.
Para este especialista en enfermedades transmitidas por vectores, solucionar las “acumulaciones de agua” estancada, donde se desarrolla el mosquito tigre, podría “resolver el 80 por ciento del problema”.
Esta “movilización ciudadana” debe combinarse con “trampas cuando proceda, repelentes, mosquiteras y larvicidas biológicos”, agrega. A este insólito mosquito le bastan unos milímetros de agua para hacer su nido.
“Pasa el invierno en forma de huevos. Los huevos aún no han eclosionado, pero empezamos a estar alerta”, señala Fontenille, del Instituto de Investigación para el Desarrollo de Montpellier.
TRAMPAS EN PARÍS POR EL MOSQUITO TIGRE
El mosquito tigre, con sus rayas blancas y negras, “prosigue su expansión geográfica” y “allí donde ya está presente, su abundancia sigue aumentando”, agrega. Un fenómeno favorecido por el cambio climático.
Los fabricantes de trampas se lanzaron a la carrera para promover sus soluciones. Este modo de captura reproduce los olores del cuerpo humano para atraer y aspirar estas criaturas de 5 milímetros. Otro tipo de trampa sirve como lugar para poner huevos.
La empresa Biogents “ha ganado un concurso para proteger el puerto deportivo olímpico de Marsella”, donde tendrán lugar las pruebas de vela, señala Hugo Plan, uno de sus tres directivos.
“La instalación de 15 trampas se prevé el 26 de abril en una hectárea, entre la vegetación, a la sombra en un entorno húmedo. Durante la competencia, habrá visitas periódicas de los equipos para asegurarse de que las trampas se mantienen y funcionan correctamente”, explica.
Estas se alojarán en cajas metálicas, para protegerlas de cualquier acto vandálico. Biogents, que lleva más de 20 años estudiando el comportamiento de los mosquitos en su laboratorio de la región alemana de Baviera, está presente en un centenar de países y se dirige a profesionales del turismo, autoridades locales e investigadores.
PROTEGER POBLACIONES SENSIBLES
Entre 2019 y 2023, su facturación se multiplicó por ocho en Francia gracias a las ventas a particulares. La misma tendencia se reproduce en Qista, otro especialista del sector.
En 10 años, esta pyme francesa desplegó 13,000 de sus dispositivos en 26 países, afirma su fundador, Pierre Bellagambi, que se declara “a disposición” de las autoridades olímpicas.
Las trampas se utilizan generalmente en un contexto de prevención y para proteger poblaciones sensibles (jardines de infancia, escuelas, hospitales, asilos).
Para disminuir la población de “Aedes albopictus“, se trabaja en la modificación de su ADN o en la esterilización de los machos en una granja de insectos mediante rayos X, antes de liberarlos en zonas prioritarias donde se aparean con hembras salvajes sin producir descendencia.
“La Villa Olímpica habría sido ideal para experimentar esta técnica de los insectos estériles”, suspira Fontenille, que habría soñado con una experiencia a gran escala durante los Juegos. N