“Queremos que todo el mundo pueda beneficiarse de esta increíble terapia que es 100 por ciento natural”, sostienen Pamela Mendoza y Arturo Almada en el sitio “Hidrógeno Molecular by Oxigena”. Según sus redes sociales, que tienen más de 25,000 seguidores, este tratamiento promete diversos beneficios, desde eliminar los radicales libres dañinos a los que nos exponemos diariamente, hasta prevenir y atacar la mayoría de las enfermedades “que empiezan con una inflamación”.
Pamela y Arturo llevan más de una década juntos; en 2019, una nueva alternativa médica llegó a sus vidas: una máquina de hidrógeno molecular (HM). Con cuatro años de experiencia en el tema, ambos aseguran, en entrevista con Newsweek en Español, haber visto cambios impresionantes en casos de migraña y cáncer.
“Son tantas historias que nos mueven a seguir adelante. En mi caso, acababa de tener a mi último bebé, y cuando empecé a usar esta tecnología ya no era necesario el café de la tarde; tenía más energía y mi piel brillaba. Además, las ojeras por desvelos y los cólicos se me quitaron por completo”, apunta esta madre de 38 años residente de Sonora.
En palabras de Mendoza, en un inicio estaba incrédula de que su óptimo estado de salud se debiera a esta terapia innovadora, hasta que viajó por mucho tiempo y dejó de inhalar hidrógeno molecular, mediante la máquina, tres semanas aproximadamente: “Lo importante es ser continuo, algo que debes incorporar a tu vida diaria”. A partir de entonces, dice dormir mejor y haberse librado del estrés.
“ES SOLO UN COMPLEMENTO EXTRAORDINARIO”
Sin embargo, en quien se observó un cambio más notorio fue en Arturo. El hombre de 41 años vive con diabetes tipo 1, que le diagnosticaron a los 14 años. Durante todo este tiempo de padecer una enfermedad crónica, por la cual hay un alto nivel de azúcar (glucosa) en la sangre, siempre buscó las mejores opciones para su bienestar y así evitar las complicaciones a largo plazo.
“Hemos buscado diferentes terapias para mi diabetes, somos creyentes de que algún día la vamos a curar, aunque sea una enfermedad autoinmune. En esa indagación encontramos esta terapia. Rápido me percaté de que mis niveles de energía subieron. A cualquier persona le da sueño después de comer, a alguien con diabetes esto aumenta tres o hasta cinco veces”, relata.
La situación que vivía con recurrencia cambió paulatinamente debido, dice, a la inhalación del gas y por tomar el agua hidrogenada que la máquina produce. En una evaluación de tres a seis meses, a tenor de Almada, se administraba una cantidad distinta de insulina.
“En mis análisis de cada seis meses en los laboratorios me daba cuenta de que cada vez parecía una persona sin diabetes, pero la máquina es solo un complemento extraordinario, también debes llevar una dieta sana y hacer ejercicio”, indica.
¿EL HIDRÓGENO MOLECULAR MEJORA LA FUNCIÓN CELULAR?
De acuerdo con empresas, la terapia de inhalación de hidrógeno molecular se utiliza actualmente de forma generalizada por sus numerosos beneficios para la salud, como la reducción de la inflamación, mejora de la función celular y la protección contra el estrés oxidativo.
Esta terapia afecta positivamente a varias enfermedades crónicas, como las infecciones por sepsis, el daño orgánico y muchas otras, incluidos el cáncer y los problemas cardiacos, refiere la empresa Health and Hydrogen. Por ejemplo, en los últimos avances, en China se utilizaron dispositivos de inhalación de hidrógeno molecular para un mejor tratamiento de las infecciones por covid-19.
Para Tyler W. LeBaron, director ejecutivo del Molecular Hydrogen Institute (MHI), una organización sin fines de lucro, existen varias formas de administrar hidrógeno, incluida la inhalación del gas, beber o bañarse en agua hidrogenada, inyección intravenosa de solución salina rica en hidrógeno y terapia hiperbárica.
El HM se refiere al hidrógeno diatómico o gas H2: dos átomos de hidrógeno combinados. El hidrógeno es la molécula más pequeña del universo, es neutral y no polar, razón por la que tiene gran biodisponibilidad.
No se disocia de sus electrones y protones cuando se disuelve en agua, por lo que no alterará el pH del líquido o de su cuerpo y no tiene relación alguna con el concepto de agua alcalina, según detalla LeBaron en páginas médicas.
¿ES EL FUTURO DE LA MEDICINA?
“Lo que hace nuestra máquina es separar el agua (H2O) en H2 y O, que quiere decir, hidrógeno en 66 por ciento y oxígeno en 33 por ciento. En sus formas individuales ambos son gases. El primero de ellos resulta el elemento más ligero de la tabla periódica, esto hace que pueda penetrar en tus células mejor que cualquier vitamina o antioxidante. Existe más de 1,000 estudios que aprueban esta terapia, principalmente en Asia”, retoma Pamela Mendoza, y resalta que no tiene contraindicaciones médicas, la pueden usar desde niños hasta mujeres embarazadas.
Tanto ella como su pareja recomiendan utilizar la máquina una hora diaria. Este “futuro de la medicina”, como algunos llaman a esta innovación, la consiguieron a través de una empresa canadiense. Su costo aproximado es de 2,500 dólares (unos 43,000 pesos). Al ingresar en Google estas palabras, aparecen distintas ofertas. La página Bienesta ofrece sesiones presenciales en la Ciudad de México de 30 minutos y una hora, estas incluyen 100 mililitros de agua hidrogenada para tomar al final.
En su sitio web promete resultados a partir de la primera sesión, dependiendo de la inflamación e intoxicación del organismo de cada paciente. Su precio oscila en los 600 pesos si solo es media hora, mientras que 60 minutos tiene un valor de 1,200 pesos.
Diana Rabadan, emprendedora de esta tecnología médica en Hidrógeno Molecular Cuernavaca, narra a Newsweek en Español que en la capital de Morelos casi nadie conoce esta terapia natural. Por esta razón se inició brindando sesiones de 20 a 30 minutos, pero también vende estos equipos traídos directamente de Canadá. Su recomendación es comenzar con dos sesiones por semana para ir notando los resultados.
FALTA INVESTIGACIÓN DE FUENTES FIDEDIGNAS SOBRE EL HIDRÓGENO MOLECULAR
“Tengo dos niños, uno de ellos se enfermaba seguido de los bronquios. Siempre en la misma época del año, de mayo a agosto, tenía que estar comprando medicamento. Pedía reducir la cantidad de fármacos, así llegó el hidrógeno molecular a nuestras vidas. Puede ser vía cánula nasal o en agua hidrogenada”, dice Rabadan.
Respecto a sus precios, van desde 180 a 280 pesos (60 minutos) las sesiones, incluye la vía cánula y 200 mililitros de agua hidrogenada, mientras el costo de la máquina es a partir de 50,000 pesos.
Aunque esta terapia ofrece múltiples beneficios desde la voz de emprendedores, usuarios y empresas, Johana Ojeda, ingeniera biomédica y presidenta de la Asociación Vida y Células Madre (asociación civil sin fines de lucro), argumenta falta de investigación clínica por parte de fuentes fidedignas como universidades e institutos gubernamentales.
“Algunos estudios describen que cuando se logra aumentar la cantidad de hidrógeno en estos tejidos donde están las reacciones oxidativas se detiene el efecto dañino. Resulta algo fácil de medir cuando se evalúa el cultivo de células en el laboratorio, bajo unas condiciones muy controladas o incluso en modelos de animales pequeños, pero en humanos es difícil”, explica.
Con la llegada de una nueva terapia, en palabras de Ojeda, se busca en primera instancia la reproducibilidad de lo publicado, después los ensayos preclínicos; si utilizaron un modelo pequeño de animales para revisar cuál era el efecto y luego, a través del resultado, se justifica utilizar ejemplares más grandes que sean parecidos a la fisiología humana como los primates; además, de manera indispensable, ensayos clínicos de preferencia doble ciego y aleatorizados.
NO EXISTE LA SUFICIENTE EVIDENCIA
“Esto nos indicaría qué tan parecido pudiera ser el efecto de esa terapia con esas dosis, con este método de administración, en los humanos. Es un rubro que no encontré respecto al hidrógeno molecular. Además, otro de los puntos importantes a revisar cuando se realizan nuevas terapias, es quién está haciendo la investigación: un fondo del gobierno, empresas, un grupo de hospitales, ya que puede haber un sesgo para reportar los beneficios”, dice.
Ojeda, quien cuenta con una maestría en Tecnología en Células Madre por la Universidad de Nottingham, Inglaterra, deduce que a quien más le interesa un tratamiento que no genere adicciones, sea barato y no conlleve complicaciones es al gobierno, entonces, “¿por qué no invertiría en algo como el hidrógeno molecular cuando supuestamente te ayuda a reducir el dolor neuropático y la investigación tiene más de una década?
“Desde mi punto de vista, no digo que no funcione, pero no existe la suficiente evidencia de cómo podría aplicarse este hidrógeno molecular para generar este tipo de beneficios a los que está asociado, que es lo que pedirán las agencias reguladoras como la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos, de Estados Unidos) y la Cofepris (Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios, de México)”, agrega en entrevista para este medio.
Por estadística, 30 por ciento de los pacientes reporta una mejoría ante cualquier tratamiento por el efecto placebo. Al pagar por un tratamiento el enfermo siempre espera sentirse mejor. Conforme a los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés), este efecto activa los mecanismos naturales del organismo para ayudarnos a mejorar. Además, el cerebro produce muchas sustancias que pueden disminuir el dolor, el estrés, la ansiedad y otras sensaciones desagradables. N