Lugareños y voluntarios buscan este lunes 9 de octubre supervivientes atrapados entre los escombros, después del fuerte temblor que dejó más de 2,000 muertos el sábado, en una zona rural del oeste de Afganistán.
Camiones cargados de alimentos, agua y mantas llegaron en masa a los pueblos de difícil acceso situados a unos 30 kilómetros al noroeste de la ciudad de Herat, la zona más afectada por el temblor de magnitud 6.3 registrado el sábado, que fue seguido de ocho réplicas. Los voluntarios trajeron picos y palas, con la esperanza de encontrar supervivientes.
“Mucha gente vino de distritos lejanos para sacar a gente de entre los escombros. Todo el mundo busca cuerpos, aunque no sabemos si queda gente debajo de los escombros”, relató Jalid, de 32 años, en el pueblo de Kashkak del distrito rural de Zinda Jan.
Las autoridades locales y nacionales dieron cifras de muertos y heridos contradictorias. Sin embargo, el ministerio responsable de la gestión de catástrofes anunció el domingo que este “sismo sin precedentes” dejó un balance de 2,053 muertos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estimó que 11,000 personas y 1,655 familias fueron afectadas por el temblor y sus réplicas.
Los talibanes, que retomaron el poder en agosto de 2021, se enfrentan al enorme desafío logístico de realojar a los habitantes ante la llegada del invierno. Las autoridades mantienen relaciones complicadas con las organizaciones humanitarias internacionales, después de prohibir a las mujeres trabajar para la ONU y para las oenegés, dificultando así la evaluación de las necesidades de familias en las regiones más conservadoras del país.
La organización Save the Children afirmó que esta es “una crisis que se añade a otra crisis”. Según el director de la ONG en el país, Arshad Malik, “la magnitud de los daños es aterradora. El número de personas afectadas por esta tragedia es realmente estremecedor”.
“TODO SE CONVIRTIÓ EN ARENA”, DICE UNO DE LOS AFECTADOS POR EL TEMBLOR EN AFGANISTÁN
En el pueblo de Sarboland, cerca del epicentro del sismo, un periodista vio casas destruidas, entre las que salían enseres personales mientras que hombres retiraban los escombros.
“En cuanto se produjo el primer temblor, todas las casas se derrumbaron. Los que estaban dentro de las casas quedaron sepultados. Hay familias de las que no tenemos noticias”, declaró Bashir Ahmad, de 42 años.
Nek Mohammad, de 32 años, estaba trabajando cuando se sintió el primer temblor. “Volvimos a casa y vimos que no quedaba nada. Todo se había convertido en arena”, explicó, añadiendo que encontraron unos 30 cadáveres. La provincia de Herat, en la frontera con Irán, tiene cerca de 1.9 millones de personas según datos del Banco Mundial de 2019.
Afganistán sufre terremotos con frecuencia, sobre todo en la cordillera del Hindu Kush, cerca de la unión entre las placas tectónicas euroasiática e india.
En junio de 2022, un terremoto de magnitud 5.9 mató a más de 1,000 personas y dejó sin hogar a decenas de miles en la empobrecida provincia de Paktika, en el sureste del país. Afganistán se encuentra ya sumido en una grave crisis humanitaria, tras la vuelta al poder de los talibanes en 2021 y la consiguiente retirada de la ayuda internacional. N