Recuerdo el mes de septiembre de 2013. Un domingo de ese mes por la tarde me disponía a tomar un vuelo en el aeropuerto de San Diego. Ya instalado en la sala de espera, un buen amigo y colega me envió por correo electrónico la propuesta de reforma fiscal integral que contenía cambios a la Ley del IVA. Pocas modificaciones en materia de comercio exterior han causado tanto revuelo como la que se proponía allá y entonces.
La modificación cambiaba el sentido al artículo 25 de esa ley para establecer un gravamen para todas las importaciones temporales relacionadas con la manufactura. Es decir, con las importaciones de “la maquila”, como comúnmente le nombramos en el norte del país.
Anteriormente el concepto vigente era que no debían pagarse dicho impuesto, ya que las mercancías iban a ser exportadas y no destinadas al mercado interno. Antes de esa reforma no existía gravamen alguno en materia de IVA para estas empresas, que han sido, son y serán un indudable factor de crecimiento en el país. Hay que destacar que hacen importantes aportaciones a la economía y el empleo de nuestro país.
En ese momento pensé que sería algo así como la intención de gravar las hipotecas con IVA, acción que fue propuesta con la misma reforma y no prosperó. Pero lo que sí se aprobó es lo que veo ahora a la distancia como la principal amenaza a la industria de manufactura de nuestro país. Es decir, el principal obstáculo para que México se convierta en un Estado receptor de empresas globales.
MEDIDAS QUE FAVORECEN EL COMERCIO EXTERIOR
En este 2023 nos encontramos en un momento clave de nuestro país. Por condiciones geopolíticas ajenas a México, empresas internacionales necesitan reubicarse para acceder al mercado estadounidense. Se habla mucho actualmente del nearshoring, concepto que para las ciudades de la frontera norte de México no es nada nuevo. Desde inicios de los años 1990 y con la firma de aquel TLCAN precursor del actual TMEC, la relocalización se viene dando, solo que ahora es un concepto global y lo aprovechan no solo los estados del norte de nuestro país.
Debido a lo anterior, y partiendo de la premisa de que sin permisos no hay nearshoring, estas son algunas medidas que pudieran implementarse para alcanzar todo el potencial de nuestro país en temas de instalación de empresas nuevas de manufactura.
1. Flexibilizar el otorgamiento de padrones de importadores.
2. Eliminar requisito de padrones de exportación.
3. Descentralizar la autorización de programas Immex hacia delegaciones y subdelegaciones regionales de la Secretaría de Economía.
4. Otorgamiento de certificaciones en materia de IVA por la secretaría de Economía y no el SAT.
5. Oficinas de gestión de permisos por parte de gobiernos estatales. N
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Arturo Bautista es socio de Comercio Exterior en Mauricio Monroy Consultores.