Varios proyectos que aspiran a neutralizar los misiles hipersónicos fueron presentados esta semana en el Salón de la Aeronáutica de Le Bourget, una meta hasta hace poco considerada muy difícil por la maniobrabilidad de los proyectiles y sus altas velocidades.
Un misil hipersónico, aparte de volar a más de cinco veces la velocidad del sonido, “cambia su ruta, por lo que es difícil saber si viene hacia nosotros. El desafío es predecir su comportamiento” y si esto se logra, “puede interceptarse, sobre todo en la última fase” de su trayecto, explica Lionel Mazenq, del departamento Future Systems del grupo europeo MBDA.
Esta empresa anunció la puesta en marcha de un estudio de tres años para diseñar un interceptor, apodado Aquila, junto a 19 socios de cinco países de la Unión Europea (Alemania, Francia, España, Italia y Países Bajos). Este año debería confirmarse un contrato con la Comisión Europea, que invertirá 80 millones de euros (unos 87 millones de dólares).
El gobierno ucraniano afirmó en mayo que había logrado por primera vez derribar un misil hipersónico ruso Kinjal, gracias al sistema Patriot recibido en abril de Estados Unidos. El kinjal, calificado de “invencible” por el presidente ruso Vladimir Putin, volaba a más de cinco veces la velocidad del sonido (Mach 5 o más de 6,000 kilómetros por hora).
Las autoridades ucranianas aseguraron que desde entonces repitieron varias veces ese éxito. Sin embargo, los industriales de Le Bourget ya piensan en las nuevas generaciones de misiles, como el planeador hipersónicos chino D-17 o el misil hipersónico de crucero ruso Zircon.
“LOS MISILES HIPERSÓNICOS PUEDEN REALIZAR TODO TIPO DE MANIOBRAS”
Esto proyectiles combinan muy altas velocidades y vuelan casi horizontalmente a altitudes que no están cubiertas por los escudos antiaéreos actuales. Para contrarrestar estas dos categorías de armas, debe combinarse un sistema de alerta con un interceptor (misil) que sea a su vez hipersónico.
“Es necesario tener mayor maniobrabilidad que el misil atacante en vista que en el intercepción se cruzan a 12,000 kilómetros por hora”, explica Mazeng.
“El desafío es superar esta amenaza (velocidad y maniobrabilidad) a una altitud de entre 25 y 80 kilómetros, donde la mayoría de los sistemas de defensa actuales operan con dificultad”, dice Pini Yungman, vicepresidente ejecutivo y jefe de la división de defensa aérea del grupo israelí Rafael.
En esta zona de varias decenas de kilómetros de altura, los proyectiles hipersónicos “pueden planear, dar saltos y realizar todo tipo de maniobras”, subraya Yungman. Para hacerle frente, Rafael reveló el lunes en Le Bourget un ejemplo de su proyectil antimisiles Skysonic.
Skysonic posee, entre otras cosas, “un autopiloto único para detectar y seguir la amenaza, (que reacciona) en milisegundos o incluso nanosegundos”, señala Yungman. Rafael ya invirtió “decenas de millones de dólares” en el diseño y ahora busca socios estatales para el desarrollo.
Mientras China y Rusia afirman poseer misiles hipersónicos, Estados Unidos está trabajando en ellos y Darpa —la agencia de investigaciones avanzadas del Pentágono— afirmó haber probado con éxito su misil hipersónico HAWC, que utiliza el oxígeno presente en la atmósfera para su combustión. N