Uno de los principales problemas que enfrentan los gobiernos en prácticamente cualquier lugar del mundo es hacer frente a problemáticas casi infinitas con recursos económicos limitados. Es decir, la realidad para muchos gobiernos es que el dinero disponible no alcanza para solucionar todos los problemas.
Por ello, a veces es necesaria la creatividad y el uso de herramientas novedosas para que estos recursos limitados alcancen de mejor manera. Una de estas herramientas son los llamados mecanismos de pagos por resultados que son instrumentos financieros que se utilizan para obtener los recursos necesarios para fondear proyectos o programas sociales que buscan resolver problemáticas específicas en la comunidad.
Estas herramientas tienen como objetivo que sea un tercero y no el gobierno quien, en primera instancia aporte el capital para llevar a cabo una iniciativa social o ambiental. Se trata de mecanismos respaldados por organizaciones públicas o privadas que se comprometen a pagar a los inversionistas si y sólo si se alcanzan los objetivos sociales o ambientales previamente establecidos.
De esta forma se garantiza tanto el financiamiento de los proyectos, así como sus resultados y la herramienta aplica para proyectos sociales o ambientales con los más variados objetivos, aunque casi siempre tienen que ver con mejorar la calidad de vida de la comunidad en la que se desarrolla la iniciativa o un sector específico de la población que se busca beneficiar.
Así, por ejemplo, los mecanismos de pagos por resultados podrían financiar programas de educación, de salud, de vivienda, de empleo, de medio ambiente, de seguridad, entre otros.
Lo interesante de estas herramientas es que los inversionistas no sólo buscan una rentabilidad financiera, sino que también buscan un impacto social o ambiental positivo y que estén alineados con sus compromisos ASG (ambiental, social y de gobernanza). De esta forma, si los objetivos sociales o ambientales se alcanzan, los inversionistas reciben un retorno financiero, pero también pueden ver que su inversión ha contribuido a la resolución de un problema y, por lo tanto, ha tenido un impacto positivo en la comunidad. N