Durante el análisis de un pergamino reciclado, un equipo de investigadores desveló un manuscrito oculto atribuido a Claudio Ptolomeo (100-170 d. C.), matemático, astrónomo y geógrafo de ascendencia griega, nacido en la entonces provincia romana de Alejandría, Egipto.
Al cabo de varios años de arduo trabajo, los eruditos de las universidades de la Sorbona (Francia) y Nueva York (Estados Unidos) lograron descifrar el documento, el cual detalla la construcción y el uso de una herramienta muy antigua que servía para medir distancias a partir de la posición de los cuerpos celestes.
“Angelo Mai encontró el manuscrito en 1819. Sin embargo, debido a que los caracteres griegos eran apenas visibles, no pudo leer la mayor parte de las páginas”, dijo el Dr. Alexander Jones, matemático de la Universidad de Nueva York y uno de los autores principales del estudio.
“Lo peor es que [Mai] agravó el problema para los estudiosos que le siguieron, ya que sometió las páginas a un proceso químico que, según él, resaltaría las letras, pero lo que hizo, de hecho, fue teñir los textos de color marrón oscuro”, añadió el experto.
Y, así, el contenido del pergamino de Ptolomeo permaneció en el misterio durante más de un siglo. “Solo lograron leer unas cuantas palabras, apenas suficientes para concluir que [el texto describía] algo astronómico”, agregó el también profesor de la cátedra “Historia de las ciencias exactas en la antigüedad”.
En enero de 2020, el equipo empezó a analizar el manuscrito, detalladamente, utilizando la técnica de imágenes multiespectrales para revelar la tinta oculta.
¿CÓMO SE DESCIFRÓ EL PERGAMINO?
“Para marzo de 2020, confinados [por la pandemia] y colaborando vía correo electrónico, pudimos leer lo suficiente para precisar el tema. Se trataba de una especie de instrumento armilar; es decir, una estructura compleja de anillos de metal, anidados y móviles. Ese hallazgo nos permitió identificar el manuscrito como el libro perdido en el que Ptolomeo detalló la construcción de un instrumento de nueve anillos que denominó ‘meteoroscopio’”, agregó Jones.
El “meteoroscopio de Ptolomeo” era una herramienta con la que los matemáticos calculaban alturas y distancias, casi siempre a partir de la posición de las estrellas.
Varios textos antiguos hacen referencia al instrumento, que el propio Ptolomeo cita en un libro sobre el arte de la cartografía: su Geografía. No obstante, hacían falta muchos detalles sobre la estructura y la operación del dispositivo, dificultad que se resolvió con la reciente investigación.
Al parecer, Ptolomeo escribió el manuscrito en dos partes. “En la primera, describe con todo detalle cómo confeccionar cada componente del meteoroscopio y cómo ensamblarlo”, informó Jones.
“La segunda parte consta de varios capítulos breves, cada cual describiendo cómo utilizar el instrumento para hacer mediciones o cálculos específicos”, añadió el especialista.
Jones hizo hincapié en que ese formato se distingue entre todas las obras de Ptolomeo que han llegado hasta nuestros días, ya que, en general, el científico describía la estructura y el uso de un instrumento de manera muy breve, para luego abundar en las observaciones y los cálculos hechos con la herramienta.
CONSTRUYE TU PROPIO METEOROSCOPIO
“En este caso, proporciona suficiente información para que, con este libro, puedas acudir a una metalistería de alto nivel y des todas las especificaciones técnicas necesarias para construir el instrumento”, detalló Jones.
“Después podrías usar el meteoroscopio para muchas cosas, como determinar tu latitud, en grados, partiendo del ecuador; precisar la fecha de un solsticio o un equinoccio; o calcular la posición de un planeta en el zodiaco”, añadió el profesor de la Universidad de Nueva York.
A juzgar por la descripción de Ptolomeo, Jones opina que el meteoroscopio no habría sido un instrumento particularmente grande, como solían serlo la mayor parte de las herramientas astronómicas de aquellos días. “Tal vez tendría como medio metro de diámetro”, aventuró.
El pergamino que contenía el manuscrito fue descubierto en la biblioteca de la abadía de Bobbio, Italia, y hoy se encuentra resguardado en la Biblioteca Ambrosiana de Milán. “Como el pergamino era muy costoso, los monjes de Bobbio —de donde proviene el manuscrito— acostumbraban a reciclar las páginas de libros en desuso”, explicó Jones.
Las páginas reutilizadas se conocen como palimpsestos. En el caso del palimpsesto de Bobbio, la superficie contiene el texto latino de las Etimologías de Isidoro de Sevilla (tratado escrito en algún momento del siglo VIII de nuestra era) y, por debajo, yace oculto el manuscrito griego de Ptolomeo.
“Es muy emocionante rescatar información nueva de fuentes fragmentarias y difíciles de leer, para luego hacer asociaciones con las cosas que sabemos de la ciencia antigua”, agregó Jones.
PTOLOMEO EL GENIO
“No obstante, debo confesar que tengo un interés muy personal en Ptolomeo, quien no solo fue el escritor de astronomía más connotado e influyente de la época romana, sino un personaje sorprendentemente interdisciplinario que realizó trabajos muy importantes en cartografía, teoría musical, percepción visual e, incluso, astrología”.
Jones insistió en que, si bien el equipo ha tenido logros significativos, el proyecto dista mucho de su conclusión: “Es muy difícil leer algunas de las páginas, incluso con las nuevas tecnologías de imágenes.
“Esto se debe a que, por un lado, los monjes hicieron un buen trabajo borrando el texto griego. Por otro, a que el segundo texto, en latín, muchas veces yace justo encima de los trazos griegos. Y, por último, el daño que causó el tratamiento químico de Mai”, lamentó el profesor.
“Gracias a las mejoras en imagenología y procesamiento de imágenes, y a la ventaja de tener amplios conocimientos sobre el tema y el autor —sucede que Ptolomeo escribía con un vocabulario y un estilo bastante reconocibles—, hemos tenido logros sustanciales en un proceso de transcripción tan completo y exacto como nos es posible. No obstante, aún tardaremos algún tiempo en terminar”, concluyó Jones.
El artículo que resume los resultados alcanzados hasta el momento fue publicado el 9 de marzo de 2023, en la revista Archive of History of Exact Sciences. N
(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek).