Cada año, a nivel mundial se generan 2,000 millones de toneladas de residuos sólidos, pero 33 por ciento no recibe un tratamiento adecuado. La cantidad equivale a un camión de basura lleno de plástico que se vierte en el océano cada minuto, informó el secretario general, António Guterres, a propósito del Día Internacional del Desperdicio Cero.
Según Guterres, 10 por ciento de todas las emisiones globales de gases de efecto invernadero provienen del cultivo, almacenamiento y transporte de alimentos “que nunca se utilizan”. Para cambiar este escenario, Guterres exige que el mundo invierta masivamente en sistemas y políticas modernas de gestión de residuos, que animen a las personas a reutilizar y reciclar todo, “desde botellas de plástico hasta electrónica antigua”.
“DECLARAR LA GUERRA A LA BASURA”
El secretario general dijo que hay que “declarar la guerra a la basura”. A su vez, añadió que los consumidores deben actuar de forma más consciente. También habla de empresas que deben contribuir a una “economía circular y sin desperdicio”.
Según datos de la ONU, el sector de residuos es parte de la triple crisis planetaria de cambio climático, pérdida de biodiversidad y contaminación. Los objetivos de las iniciativas de desperdicio cero son proteger el medioambiente, aumentar la seguridad alimentaria y mejorar la salud y el bienestar humanos.
14 MILLONES DE TONELADAS DE BASURA VA A LOS OCÉANOS
La Estrategia Global para el Consumo y la Producción Sostenibles puede orientar esa transición, señala la ONU. Establecido por la Asamblea General de las Naciones Unidas, los Estados miembros y las partes interesadas, el documento propone la adopción de objetivos sostenibles de consumo y producción en todos los sectores para 2030.
La encuesta de la ONU señala que cada año, alrededor de 931 millones de toneladas de alimentos se pierden o desperdician y hasta 14 millones de toneladas de residuos plásticos entran en los ecosistemas acuáticos.
“Un enfoque de cero residuos implica la producción, el consumo y la eliminación responsables de los productos en un sistema cerrado y circular. Esto significa que los recursos se reutilizan o recuperan tanto como sea posible y que minimizamos la contaminación del aire, la tierra o el agua”, señaló la ONU.
Además, los productos deben estar diseñados para ser duraderos y requerir menos materiales y de bajo impacto. Al optar por métodos de producción y transporte que consumen menos recursos, los fabricantes pueden limitar aún más la contaminación y los residuos, añade el organismo internacional. N