Un aproximado de 49 millones de personas en el mundo están al borde del hambre, informó el Programa Mundial de Alimentos (PMA), a causa de la crisis mundial de los fertilizantes y la demanda de asistencia humanitaria sin precedentes. Los precios de los insumos han aumentado un 199 por ciento desde mayo de 2020.
“Con las inminentes estaciones de siembra en gran parte del mundo, los expertos abogan por que todos los agricultores obtengan fertilizantes y a precios asequibles. El producto es esencial para la producción de alimentos. Las previsiones apuntan a una gran crisis alimentaria en 2023. Los crecientes costes de alimentos y combustible agravan la situación de los más pobres, muchos afectados por los conflictos y el cambio climático”, indica la PMA.
Aunque se ve en parte como una consecuencia de la guerra en Ucrania, los precios de los alimentos, los combustibles y los fertilizantes ya habían alcanzado niveles récord a finales de 2021. El economista del PMA, Stefan Meyer, defiende la resolución de la crisis de los fertilizantes: producir lo suficiente porque las tierras son limitadas y la sustancia es un componente importante.
LA CRISIS MUNDIAL DE FERTILIZANTES Y EL HAMBRE
La idea es contener los impactos ante el aumento de la población mundial, las ineficiencias de los sistemas alimentarios, como el desperdicio y la pérdida masiva de alimentos. La crisis mundial de fertilizantes, los choques climáticos y los conflictos afectan a la producción de alimentos. También se prevé una caída del 2.4 por ciento de la producción mundial de maíz, arroz, soja y trigo. Una cantidad que según el PMA es suficiente para alimentar a 282 millones de personas al año en calorías
Rusia es un gran exportador de nitrógeno, fósforo y potasio (NPK), tres grandes grupos de fertilizantes. Sin embargo, la guerra en Ucrania ha provocado recortes en el suministro de la sustancia a las personas en los países afectados por la crisis alimentaria.
Stefan Meyer señala que muchos agricultores utilizan menos fertilizantes, especialmente en los países en desarrollo. El problema de los pequeños agricultores en la compra de fertilizantes puede dar lugar a una menor producción en las temporadas actuales y próximas. Para el experto, o los agricultores dejan sus tierras ociosas ahora u optan por la producción de otros cultivos. Ambas opciones acabarán afectando el suministro de alimentos en estos países.
A medida que los precios de los alimentos suben, es probable que los agricultores quieran ampliar la producción, pero también es probable que tengan dificultades para adquirir cantidades adecuadas de fertilizantes para aumentar los ingresos. N
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