Un activista LGBT+ británico fue brevemente detenido por la policía en Catar cuando se manifestaba por la situación de la comunidad gay en el país anfitrión del Mundial de fútbol 2022, que el martes denunció las críticas “sin precedentes” en su contra.
Peter Tatchell, que también fue detenido en una protesta similar durante el Mundial 2018 en Rusia, dijo en un comunicado que estuvo “durante 35 minutos” ante el Museo Nacional de Doha con una pancarta que decía “Catar detiene, encarcela y somete a las personas LGBT a (terapias de) conversión. #QatarAntiGay”. Esto antes de ser detenido por las fuerzas de seguridad.
Según el veterano activista de 70 años, la policía lo retuvo junto a la persona que lo filmaba durante 49 minutos en una acera. Antes de dejarlo marchar y después de borrar las fotos y vídeos.
Las autoridades cataríes desmintieron dicha versión y volvieron a criticar la cobertura mediática occidental, a poco menos de un mes del inicio de la competición, que comienza el 20 de noviembre.
Varios testigos dijeron haber visto a cinco policías pedir a Tatchell que plegara la pancarta y que uno había estrechado la mano del activista antes de marcharse. Pocas horas antes, el emir de Catar había denunciado, en una muestra pública de enfado poco habitual, una “campaña sin precedentes” de críticas contra el país. Lo anterior, desde su designación como organizador de la Copa de Fótbol.
El dirigente Tamim bin Hamad al Thani dijo que Catar era víctima de “fabricaciones y dobles raseros” e insinuó que había motivos ocultos detrás de estas críticas.
HOMOSEXUALIDAD ILEGAL EN CATAR
La FIFA otorgó el Mundial a Catar después de un polémico proceso de selección en 2010. Desde entonces, este país del Golfo ha enfrentado numerosas críticas por el trato a los trabajadores migrantes y por la situación de los derechos de la mujer y del colectivo LGTBQ.
Un duro informe de la ONG Human Rights Watch publicado el lunes 24 de octubre acusó a la policía de detener arbitrariamente y abusar de miembros de la comunidad LGTBQ antes del Mundial.
“Inicialmente lidiamos con esta cuestión de buena fe e incluso consideramos que algo de criticismo era positivo y útil, ayudándonos a desarrollar aspectos que necesitaban ser desarrollados”, dijo el emir en su discurso.
“Pero pronto quedó claro para nosotros que la campaña continúa, se expande e incluye fabricaciones y dobles raseros, hasta alcanzar tal cantidad de ferocidad que me hace preguntarme, desafortunadamente, sobre las razones y los motivos reales detrás de esta campaña”, añadió.
El reino conservador y rico en recursos energéticos gastó miles de millones de dólares para organizar el primer Mundial de fútbol en un país árabe. Se prevé que el torneo atraiga a más de un millón de seguidores extranjeros.
El evento es una oportunidad para mostrar “quiénes somos, no solo en cuanto a nuestra economía e instituciones. Pero también en cuanto a la identidad de nuestra civilización”, defendió el emir.
La homosexualidad es ilegal en Catar y los derechos de las mujeres están restringidos por leyes de tutela masculina. El país también enfrentó acusaciones por las condiciones de trabajo de los migrantes que construyeron la infraestructura que permitió el milagro económico de Catar.
SOLICITAN INDEMNIZACIÓN DE 440 MILLONES DE DÓLARES
Los extranjeros representan más de 2.5 millones de los 2.9 millones de población. Sindicatos internacionales condenaron las condiciones en las obras, que criticaron los estándares de seguridad y las largas horas de trabajo bajo altas temperaturas.
Grupos como Human Rights Watch o Amnistía Internacional insisten en que Catar y la FIFA deberían hacer más para compensar a los trabajadores. Los cuales murieron o resultaron heridos.
En concreto, solicitan a la FIFA una indemnización de 440 millones de dólares, equivalente al premio que recibe el ganador del torneo. Al mismo tiempo, los sindicatos también reconocen las reformas implementadas. Tras una visita esta semana, Luca Visentini, secretario general de la Confederación Europea de Sindicatos, dijo a AFP que aunque deben hacerse más progresos, Catar debe ser “una historia de éxito”.
“El Mundial fue, sin dudas, una oportunidad de acelerar el cambio y estas reformas pueden constituir un buen ejemplo a aplicar a otros países que acogen grandes eventos deportivos”, afirmó. N