Usar juguetes sexuales como una extensión para potenciar el placer durante el sexo no es una forma de mantener viva “la llama de la pasión” de la pareja, pero sí de conocer otras maneras de disfrutar la intimidad.
Sin embargo, algunos de los juguetes más abordados no son siempre los más adecuados o accesibles para todas las personas porque no todas pueden moverse de la misma manera, se lee en el capítulo “Sexualitiy and Disabilities”, del libro Pussypedia: A Comprehensive Guide (Zoe Mendelson y María Conejo, Hachette Book Group, 2021), firmado por Bianca Laureano, educadora sexual y sexóloga certificada por la Asociación Estadounidense de Educadores, Consejeros y Terapeutas de Sexualidad (AASECT).
“Ese es un reto común”, se lee en el texto. Laureano, incluso, propone algunos accesorios que ayudan a las personas durante el acto sexual ya sea en el suelo, en la pared o en un espejo.
Además, más allá de solo usar juguetes, su consejo es abrir otras posibilidades, como el uso de “los muebles sexuales”, que también pueden ser muy útiles. “Tengo una pieza que ayuda a poner el cuerpo en diferentes posiciones”, explica en el texto.
LO QUE SÍ Y NO ES NECESARIO
Ante estas múltiples posibilidades para disfrutar del sexo en pareja y obtener placer en equipo, la educadora sexual enfatiza en la importancia de pensar en lo que sí y no es necesario.
“Porque muchos muebles sexuales son muy caros y muchos de los juguetes sexuales baratos utilizan productos químicos que no son buenos para el cuerpo. Puedes utilizar muchas cosas que puedes encontrar en cualquier sitio”, recomienda.
Por lo anterior, antes de seleccionar el juguete con el que ambas personas jugarán y disfrutarán, hay que conocer qué le gusta al cuerpo, identificar las zonas erógenas, los escenarios en los que disfrutan tener relaciones sexuales, las fragancias y, por supuesto, generar comunicación, confianza y amor.
“La educación sexual integral le apuesta a contar con las herramientas y la información certera sobre cómo funciona el cuerpo, las relaciones humanas, la diversidad sexual, y poder generar espacios seguros para que estas identidades se desenvuelvan de forma placentera”, señala Natalia Riestra, psicóloga de la Universidad Iberoamericana con formación en educación sexual y miembro de la organización PreVIHene, en entrevista con Newsweek en Español.
¿CÓMO LE GUSTA SENTIR PLACER A TU CUERPO?
Antes de comenzar la diversión con juguetes sexuales en pareja hay que saber algo importante: conocer qué es lo que le gusta al cuerpo, cómo le gusta sentirse excitado y los puntos erógenos que cada persona. De esta manera el sexo será tan divertido como se pueda.
“No todas las personas sienten placer de la misma forma. Habrá personas a quienes les encantan los pezones y personas a quienes les encanta lo penetrativo, ya sea con juguetes o con alguna parte del cuerpo. Incluso, personas a quienes les fascina el frotamiento”, señala.
Si cada persona sabe qué le gusta, cómo o dé qué manera le gusta ser tocada, así como con qué le gusta que la toquen y bajo qué situaciones, se crearán escenarios perfectos para disfrutar de esta experiencia.
“La propuesta de tu pareja para tener una relación sexual con juguetes puede ser muy amenazante para esta masculinidad. Entonces, es desmentir la idea de que los juguetes sexuales están reemplazando lo que puede hacer tu otra pareja”, menciona Riestra.
¿JUGAMOS? (GUIÑO, GUIÑO)
Después de comunicarse y plantearse el querer experimentar con juguetes sexuales, lo ideal es que ambos dediquen tiempo para decidir qué juguete quieren usar y cómo desean hacerlo.
Riestra recomienda que ambas personas compartan cuáles son las zonas erógenas que más placer les da para saber cómo y de qué manera usarán sus juguetes. “Nos pueden gustar las orejas, el cuello o la cadera. No es nada más los genitales. Entonces, uno, descentralizar la experiencia coital de los encuentros sexuales, y dos, que es muy importante, el autoplacer”, añade.
Perder el miedo a masturbarse durante la relación sexual o después de tener sexo no debería causar temor, inseguridad o insatisfacción, ya que cada cuerpo, con vulva o pene, tiene su propia forma de llegar al placer, e incluso puede tener uno o varios orgasmos.
En este sentido, es importante romper mitos como “si estás satisfecho sexualmente por qué debes masturbarte” o “buscar el autoplacer”. En realidad, son dos experiencias diferentes.
“No es que una excluya la otra. Una vez que entendemos eso hay que comprender que, si una persona quiere incorporar juguetes sexuales a la relación, no significa que no esté satisfecha”, señala.
¿VIBRACIÓN O PENETRACIÓN?
Riestra destaca que entre los incisos importantes a tomar en cuenta al momento de buscar o comprar un juguete sexual, es saber que la mayoría están pensados para vulva, ya sea inserción o estimulación de clítoris o para ano. En contraparte, hay muy pocos juguetes sexuales que sean para el pene.
Ante esto, la experta señala que es comprensible para los hombres el no integrar juguetes sexuales en su autoerotismo. Esto provoca que no se sientan tan familiarizados con ellos. “Siempre pueden acercarse a este nuevo mundo y entender que el usarlos no habla de la satisfacción sexual que tenga su pareja, directamente”, añade.
Si ambas personas han decidido tener una primera experiencia usando juguetes sexuales durante el coito deben saber que existen tres tipos esenciales para cualquier práctica que elijan.
Por un lado, están los juguetes de inserción. Estos funcionan tanto para ano como vulva, y pueden ser los dildos o “el conejito”.
JUGUETES EXTERNOS
Además, están los juguetes externos, que pueden utilizarse para estimular los pezones, el clítoris o para masajear otras partes erógenas del cuerpo. También están los plugs que son juguetes para el ano.
Riestra recomienda a las parejas que antes de comprar un juguete sexual revisen las especificaciones y si está diseñado para la parte del cuerpo donde lo quieran usar. Por ejemplo, “si un juguete no está diseñado para el ano como las varitas vibradoras, no se recomienda que se usen porque los podemos perder en el orificio”, explica.
Llevar a cabo este proyecto sexual en pareja parte de dos etapas: primero, ir a comprar el juguete, seleccionar cuál quieren, si es de vibración, penetración o anal y acompañarlo, siempre, de un lubricante.
La experta aconseja usar uno a base de agua, porque esos son a los que se les puede poner condón y no se rompen. Es importante informarse sobre cada juguete que decidan usar y conocer cuáles son los cuidados que necesita para, así, estar listos y comenzar a experimentar.
LOS BENEFICIOS PARA LA PAREJA
Entre los beneficios de iniciar una vida sexual en pareja con juguetes sexuales está la novedad. Si las relaciones se mantienen monótonas y pasa todo el tiempo de la misma manera, donde las relaciones sexuales son con la misma posición, a la misma hora, los mismos días de la semana y casi con la misma duración, dejará de ser placentero.
La psicóloga y educadora sexual explica que “la adaptación” hace que se vaya lo novedoso. Los seres humanos tienen la cualidad de adaptarse fácilmente a las situaciones, y en las relaciones sexuales esa cotidianidad hace que dejen de maravillarse.
Entonces “piensen que los juguetes sexuales son una extensión de potenciar el placer que las parejas pueden tener en la relación. No va a llegar así nada más”.
De esta manera, los juguetes sexuales no vienen a ‘mantener viva la llama de la pasión’ como suele relacionárseles. Más bien, es un intento de mantener una vida sexual placentera y novedosa, ya sea en pareja o con el autoplacer.
“Piensen que no necesitan utilizar el juguete a su máxima funcionalidad, si es la primera vez pueden empezar poquito a poquito”.
Sin embargo, si en pareja se decide no usar juguetes sexuales, la educadora sexual Bianca Laureano recomienda la creatividad en los juegos sensuales. Por ejemplo, usar cosas suaves como una pluma o hacer que su pareja les escriba en el cuerpo con maquillaje, pintura o comida.
“Se trata de ser creativo y utilizar lo que tienes a tu disposición de diferentes maneras”, aconseja. N